Los diputados de Compromís en el Congreso siguen esperando a que les suene el teléfono o que se les pare dos segundos por los pasillos de la Cámara Baja para hablar de los presupuestos para 2019. Antes de Navidad, en el mes de diciembre, en plena fase de elaboración de las cuentas y con la negativa a aprobarlas por parte de los nacionalistas catalanes, la ministra de Hacienda, Maria Jesús Montero, avisó al portavoz de la coalición en el Congreso de los Diputados, Joan Baldoví, de que había que sentarse para hablar de las cuentas. Fue uno de los gestos que evidenció que los cuatro votos de Compromís podrían valer su peso en oro a la hora de sacar esas cuentas adelante.

Los presupuestos ya se han presentado y la coalición ha aprovechado que los números siguen siendo insuficientes para la provincia -245 millones en inversiones, a unos doscientos de la media por población- para pedir más, entrar a negociar con nueve propuestas de calado para Alicante y buscar «un frente común», como ellos mismos dicen, para exigir mejoras para la provincia. Para ello ya han contactado con diputados alicantinos del resto de grupos. En la agenda de contactos se ha cerrado una reunión con el diputado por Alicante de Podemos, Txema Guijarro.

La visibilidad que les da a los de Mónica Oltra reclamar más dinero para las comarcas alicantinas y abrir una negociación con el Gobierno ante la falta de mayoría para sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado les sitúa en una posición clave a nivel político en la Comunidad a menos de cinco meses de las elecciones: pueden desmarcarse del PSPV y lanzar sus propios mensajes al espacio electoral de izquierda. Pero les falta que desde el Gobierno se les llame a negociar para poner en valor sus cuatro votos en el Congreso. Y todavía no han podido hacerlo de forma oficial porque nadie les ha llamado.

Ni Montero ni el titular de Fomento, el valenciano José Luis Ábalos, han emplazado a la coalición a una reunión que llevan tiempo esperando, más cuando la coalición de izquierdas es socia en el gobierno del PSPV-PSOE que lidera Ximo Puig. «No sé si es que no les importa la situación de Alicante o que se les han roto los teléfonos», deslizaba ayer con sorna el diputado de Compromís en el Congreso, Ignasi Candela. Las críticas de Candela a la falta de noticias por parte de la ministra «o de cualquier otro miembro del Gobierno» mantienen la tensión con los socialistas por las cuentas de Alicante en víspera electoral.

La inversión que los primeros Presupuestos Generales de Pedro Sánchez destinan a la provincia centró, de hecho, la última sesión de control al presidente Puig en las Cortes. En ella, el portavoz de la coalición, Fran Ferri, hizo por primera vez oposición al presidente Puig acogiéndose al turno de réplica, una opción parlamentaria que ambos socios en el Consell consensuaron no utilizar para evitar mayor desgaste entre los partidos de gobierno. También Compromís se desvinculó de los halagos del PSPV a las cuentas de Pedro Sánchez aliándose con el PP de la Diputación de Alicante en la que se exigía al Gobierno que adaptase la inversión al peso poblacional de la provincia y, si no, se pediría la convocatoria anticipada de elecciones.