Podemos y EU necesitan salvar los muebles. Los suyos y, de paso, que la posible reedición del Consell del Botànic no se quede en una mera declaración de intenciones antes, incluso, de que se celebren las elecciones autonómicas y municipales. Después del conflicto abierto en Madrid con la operación de Íñigo Errejón para hacer tándem con Manuela Carmena y de la crisis que se ha generado en Podemos, la necesidad de cerrar ese pacto se ha convertido casi en una necesidad para mitigar el posible desgaste electoral. Ambas formaciones se habían dado un periodo de reflexión pero ahora se van a volver a sentar a la mesa de negociación con la idea de cerrar la coalición lo antes posible. Un acuerdo a nivel autonómico que es imprescindible para que, a continuación, se concreten las alianzas municipales como en el caso de la ciudad de Alicante.

La reapertura de las negociaciones fue anunciada ayer en València por el portavoz adjunto de Podemos en las Cortes Valencianas, César Jiménez, que recordó que su formación y EU se dieron un tiempo en las negociaciones para estudiar las posturas de cara a una posible confluencia electoral en las elecciones autonómicas de mayo y, en este sentido, avanzó que se están manteniendo contactos para «establecer una próxima cita que no va a tardar». Al respecto, el parlamentario de Podemos indicó que ambos partidos siguen en ese tiempo «para estudiar las posturas», que ha puntualizado están ya «bastantes cercanas», y para trasladarlas a las respectivas ejecutivas que las validen.

«Estoy convencido de que vamos a llegar a un acuerdo porque es necesario y nos lo exige la sociedad valenciana», remarcó para señalar que aunque él no es miembro del equipo que está llevando las negociaciones y no sabe cuánto durará ese tiempo que se han dado, sí ha confirmado que es «consciente» de que «hay contactos para establecer una próxima cita que no va a tardar». Tras estallar la crisis madrileña de Podemos, el propio secretario general de los morados en la Comunidad Valenciana, Antonio Estañ, ha pedido un acuerdo razonable para pasar página a la crisis madrileña y, a su vez, acelerar los movimientos que permitan alcanzar un acuerdo de cara a la cita electoral.