La izquierda está viendo cada vez más cerca las orejas al lobo de cara a las elecciones municipales y autonómicas que se celebrarán dentro de cuatro meses. Y la grave crisis interna que lastra a Podemos a raíz de la maniobra política de Íñigo Errejón para impulsar su propia plataforma electoral en Madrid haciendo tándem con la alcaldesa Manuela Carmena se ha convertido en otro síntoma más del complejo tablero político que se inauguró con el resultado andaluz. Los socialistas y Compromís en la Comunidad Valenciana -por boca nada menos que de Ximo Puig y Mónica Oltra- han esquivado por completo el grave conflicto que afecta a los morados con riesgo cierto de una durísima escisión para amortiguar su posible desgaste electoral en esa cita con las urnas de mayo.

No estamos ante una cuestión de segundo orden para la izquierda. Todo lo contrario. La suerte de Podemos con su estabilidad interna, su cosecha de votos en esos comicios y la negociación del posible acuerdo electoral con EU se ha convertido, en estos momentos, en decisiva para que el Consell del Botànic pueda aspirar a retener la Generalitat y un centenar de municipios en toda la Comunidad, el número de localidades en la que los morados prevén presentar candidatura. Si los podemitas no sacan un porcentaje apreciable, la izquierda estará en riesgo de perder gran parte de su poder. Así que, en estos momentos, tanto los dos socios principales del Botànic como desde la dirección de Podemos en la Comunidad, encabezada por el alicantino Antonio Estañ, se intenta enfriar el conflicto para llegar en las mejores condiciones a una cita electoral decisiva y en la que el bloque de derecha aspira a darle la vuelta a la tortilla con el apoyo de los ultras de Vox como en Andalucía.

Es una evidencia que, en estos momentos y como reflejan todas las encuestas, la bolsa de votos de la marca que encabezará Rubén Martínez Dalmau como candidato al Consell cotiza a la baja y que la única fórmula que garantiza darle valor a ese espacio es cerrar la coalición con EU, que lleva bloqueada desde hace semanas. Durante un acto en el Palau de la Generalitat, Ximo Puig, líder del PSPV y presidente de la Generalitat, de hecho, se refirió a Podemos como «un socio leal en esta legislatura» y por ello eludió valorar la situación de los morados aunque sí pidió que alcancen un acuerdo. «Cada uno internamente tiene que intentar generar los mejores espacios de diálogo y coexistencia», sugirió Puig.

En una línea parecida se pronunció el pasado martes la vicepresidenta Oltra, que apremió a los morados a llegar a un acuerdo interno. «A la izquierda se nos perdona todo menos las broncas», aseguró. «En política jamás hay que poner el foco en lo interno», insistió la número uno de Compromís en un tono suave y a sabiendas, además, de que su coalición concurrirá en solitario a esa triple cita electoral de mayo. Y entre los socios del Botànic, la llamada de socorro de Estañ: reclamó ayer en los pasillos de las Cortes un pacto interno en Madrid y consideró «fundamental» consumar el pacto con EU.