El movimiento político del hasta ayer candidato de Podemos a la Comunidad de Madrid, Íñigo Errejón, que anunció que abandona la marca Podemos para las elecciones de mayo para enrolarse dentro de «Más Madrid», plataforma creada por la alcaldesa de la capital, Manuela Carmena, ha hecho temblar todos los cimientos de la formación morada en la Comunidad. La tensión que había ayer en el partido era de alto voltaje y entre los «errejonistas» valencianos se cocía un caldo de cultivo capaz de allanar el camino a otras candidaturas alternativas al partido de Pablo Iglesias, especialmente en el ámbito municipal, y llegar a provocar un cisma a cuatro meses de las elecciones autonómicas, locales y europeas de mes de mayo.

Aunque fuentes de la formación morada no quisieron hablar de división, el diputado afín a Errejón y antiguo líder de Podemos en la Comunidad, Antonio Montiel, confirmó a este diario que si Pablo Iglesias reacciona en los próximos días con una «visión heterodoxa más afín a las estructuras rígidas tradicionales el lío estará servido». «Es muy importante ahora ver la reacción de Podemos y si es capaz de asumir el reto que plantea Íñigo Errejón de una propuesta de mayorías sociales y transversal. Una reacción de corte clásico, autoritario de Pablo Iglesias y de condena a los infiernos tendría consecuencias más allá de la Comunidad de Madrid», dijo Montiel. A última hora de la tarde, efectivamente, se produjo esa reacción del pablismo en la línea apuntada por Montiel lo que adelanta un intenso conflicto en las próximas semanas.

La tensión en el sector errejonista valenciano -en el que se situarían Montiel, las diputadas Fabiola Meco y Llum Quiñonero o la parlamentaria en Madrid Ángela Ballester, casi todos fuera de listas por diferentes motivos de cara a la cita de mayo- abría la puerta a una ruptura de la formación en los próximos días que podría llegar en la práctica a afectar a las listas municipales más que a la autonómica, con un líder ya decidido como es Rubén Martínez Dalmau. El clima de tensión aumenta así justo en el momento en el que Podemos y EU negocian las candidaturas para un acuerdo autonómico o en municipios como Alicante. El planteamiento errejonista de lanzar «proyectos de mayorías» y sumarse a Carmena rechazando concurrir a los comicios bajo la marca Podemos fue valorado ayer por Montiel como «una reflexión inteligente que abre un debate dentro del partido». Como se recordará, la idea de Errejón siempre fue una plataforma amplia sin la marca morada en la que también pudiera participar Compromís, uno de los destinos en los que todas las especulaciones apuntan que pueden encontrar acomodo miembros del errejonismo valenciano, aunque nadie confirmó ese movimiento.

El actual secretario de Podemos en la Comunidad, Antonio Estañ, preguntado por la decisión de Íñigo Errejón, indicó que lo que preocupa es conseguir «el acuerdo más amplio posible, con la mayor gente posible y que sea el mejor para los madrileños». Admitió que no había analizado la situación sobre la decisión de Errejón y que solo había podido ver el titular, lo que da una muestra de la sorpresa que produjo la decisión de la candidatura de «Más Madrid» en el seno de los morados. Algunos miembros de la dirección vinculados a Pablo Iglesias confesaron que se habían enterado por la prensa.