La estrategia de Compromís en las Cortes Valencianas evidenció que las sesiones del Parlamento autonómico ya se han convertido también en campaña. Y con Alicante como plaza electoral de disputada competencia entre los dos dos socios del Botànic por el reparto en las inversiones de los presupuestos del Estado. La provincia protagonizó ayer lo que por primera vez se vivió en toda esta legislatura: Compromís recurrió a la posibilidad de replicar el discurso del presidente Ximo Puig en una sesión de control. Era un recurso, propio de los grupos de la oposición, que no se había utilizado hasta el momento por la coalición de la vicepresidenta Mónica Oltra ya que ambas formaciones -PSPV y Compromís- llegaron a un acuerdo tácito a principio de legislatura para que los partidos en el Consell no utilizaran las réplicas a Ximo Puig para desgastarse entre ellos en las batallas parlamentarias.

Desde el lunes pasado, día en que la ministra de Hacienda, Maria Jesús Montero, presentó los presupuestos al Congreso, los socios de gobierno de Ximo Puig han reprochado al ejecutivo de Pedro Sánchez y al propio jefe del Consell la todavía escasa inversión en la provincia. Parte de esas críticas se han lanzado estratégicamente desde Alicante con el mensaje del diputado de Compromís Ignasi Candela que exigió más dinero para nueve obras de calado con 229 millones de inversión extra y la moción de la coalición en la Diputación de Alicante para aliarse con el PP y el tránsfuga Fernando Sepulcre contra los presupuestos del Estado por no tener en cuenta una inversión acorde al peso de la población. Todo ello acompasado por declaraciones de Oltra que han puesto a Alicante como epicentro de las exigencias de la coalición y en las que ha insistido en una «brecha» presupuestaria no justificable en relación a otras provincias.

Ayer, las inversiones alicantinas llegaron a las Cortes Valencianas, donde la coalición de izquierdas aumentó, directamente, la presión sobre el presidente Puig haciendo uso del turno de réplica en la sesión de control que hasta ahora no había utilizado. El síndic de Compromís, Fran Ferri, «arreó» al «presidente» por los presupuestos del Estado por la parte de las inversiones que afectan a la provincia de Alicante, y la diputada Mireia Mollà, número uno por Alicante, cuestionó a Puig por este motivo. Y también destacaron «falta de previsión» por no abordar la deuda histórica de 20.000 millones que las Cortes han reclamado.

Puig, por su parte, atacó el discurso «provincialista» al que se ha aferrado Compromís para visibilizarse en su territorio más débil. El jefe del Consell, que ya salió en defensa de las cuentas el martes junto al ministro José Luis Ábalos, alabó en las Cortes las cuentas para Alicante y aseguró que la inversión en el Corredor Mediterráneo también es alicantina. Criticó, con un discurso similar al que empleó el portavoz del grupo socialista un día antes en la Diputación de Alicante, que «hacer provincialismo no beneficia al conjunto de los valencianos». También el PP arremetió contra los presupuestos autonómicos, que en su conjunto sí que son mejores para la Comunidad Valenciana. La presidenta autonómica del PP, Isabel Bonig, se centró en reprocharle a Puig su relajación con la financiación y de no exigirle a Pedro Sánchez lo mismo que en su día le exigía a Mariano Rajoy.