La grave crisis socialista de la ciudad de Alicante no sólo continúa abierta sino que lleva camino de convertirse en un «culebrón» con tintes de «sainete». Ximo Puig, presidente de la Generalitat y líder del PSPV, abrió ayer durante la reunión del Comité Nacional -máximo órgano del partido- la decisiva precampaña para su intento de reelección sin alcaldable en la capital de la provincia a poco más de cuatro meses de los comicios locales, autonómicos y europeos. Es el único de los grandes municipios de la Comunidad -todos los que tienen más de 20.000 habitantes- en el que los socialistas todavía no han elegido a su número uno después, como se recordara, de que Puig y Ferraz suspendieran las primarias con tres aspirantes que ya estaban en liza y en medio de una fuerte tensión. El resultado es que la formación continúan sin número uno, con el proceso bloqueado y sin ningún independiente de cierto prestigio -ese es el perfil que se buscaba- que esté dispuesto a dar ese paso y meterse en el agitado avispero de la agrupación socialista de Alicante.

A estas alturas, el máximo órgano del PSPV se reunió en València para arrancar de facto la carrera electoral pasando de largo sobre la grave crisis de liderazgo de los socialistas en la capital alicantina. No es una cuestión baladí: es la segunda ciudad de más población de la Comunidad, la más importante que gobernaron los socialistas durante este mandato hasta la caída de Gabriel Echávarri y es el municipio en el que más electores votan en la provincia determinante para el resultado de las autonómicas. Si hoy Ximo Puig es presidente de la Generalitat es, fundamentalmente, gracias a la ventaja que le sacaron los socialistas a Compromís en las comarcas alicantinas. A pesar de la evidente trascendencia del conflicto, la situación apenas mereció la atención de la cúpula de los socialistas valencianos.

En el discurso inicial de Puig, con la que arranca siempre el Comité Nacional, no hubo ni una sola alusión al conflicto, apuntaron fuentes socialistas. Hubo intervenciones de militantes de la agrupación de Alicante que forman parte de ese órgano que tampoco abordaron la situación. Llegó a tomar la palabra nada menos que el secretario general del PSPV-PSOE en la capital alicantina, el exconseller Miguel Millana. Hombre de la absoluta confianza de Ángel Franco, Millana comprometió el respaldo de su colectivo en el proyecto del PSPV y explicó las visitas a los barrios que están realizando miembros de la ejecutiva. Punto y final. Tampoco entró en el debate el «sanchista» César Sampedro. otrora punzante y crítico. Las plataformas que auparon en su día a Pedro Sánchez confian todavía en impulsar la alternativa del catedrático José Asensi -uno de los aspirantes que estaba en liza en esas primarias- como número uno con el visto bueno de Ferraz. Asensi también está en «quinielas» para un puesto en el Senado. Desde el PSPV, sin embargo, aseguran que la candidatura socialista en Alicante no la encabezará ninguno de los tres candidatos que concurrieron a aquellas primarias ni nadie del actual grupo municipal empezando por la portavoz Eva Montesinos, que ya tenía registrados incluso hasta los avales suficientes para la votación interna antes de que se suspendiera.

En las cuatro horas de reunión, sólo hubo una referencia directa a la crisis pero superficial, breve y, desde luego, sin entrar en las causas ni tampoco en las posibles soluciones a la disputa. Fue el propio Ximo Puig durante su turno de réplica cuando garantizó que la crisis de la ciudad de Alicante se resolverá en positivo, pidió que se redujera la preocupación sobre este asunto y consideró, en todo caso, que todavía hay tiempo suficiente para encontrar una salida. Lo cierto, sin embargo, es que a día de hoy la cúpula del PSPV no tiene ninguna solución en la mano y que entre los notables socialistas crecen las voces que postulan como candidata a Juana Serna, presidenta del partido. Frente a esa crisis, Ximo Puig, por su parte, centró el discurso en el relato político y aseguró que su apuesta pasa por la continuidad del Botànic. «No queremos volver de donde salimos huyendo de la corrupción, de la desigualdad y del despilfarro que nos dejaron veinte años de gobierno del PP», aseveró.