La causa del feminismo y la lucha contra la violencia de género será una de las banderas que enarbolará el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, en lo que resta de legislatura. Se trata de un compromiso con las políticas de mujeres que, si bien no es nuevo, se ha redoblado estos días y estará muy presente en el año electoral. La andanada de Vox contra las leyes de igualdad de género fue contestada por el jefe del Consell la semana pasada, quien instó a los grupos parlamentarios a blindar el pacto valenciano con una iniciativa parlamentaria que obligue al PP y Ciudadanos a retratarse. La proposición no de ley -ya en elaboración- busca poner frente al espejo a la derecha, pero también llevar la iniciativa.

Ximo Puig ha integrado desde siempre las claves del feminismo en sus discursos y no es raro que en sus intervenciones haga guiños a la lucha por la igualdad. Su bandera es la de la igualdad, dijo ayer mismo. Y son habituales sus referencias a mujeres con papeles destacados en este campo, como la escritora Maria Cambrils o la expresidenta de Chile Michelle Bachelet. Además en esta legislatura ha incluido en su agenda varios actos para apoyar la causa de entidades de mujeres. La igualdad es uno de los ejes del Botànic y, de hecho, pone nombre a una conselleria, con rango de vicepresidencia, que recayó en Mónica Oltra, líder de Compromís. Desde este departamento, pero también con la implicación de Presidencia, se fraguó el primer pacto autonómico contra la violencia de género, un consenso que podría romperse si finalmente el PP cede a las exigencia de Vox, que busca dinamitar este tipo de acuerdos a nivel nacional y autonómico.

Aunque la cartera de Igualdad recae en Oltra, Puig ha mantenido una permanente interlocución con las asociaciones de mujeres más asentadas en la Comunidad, muchas vinculadas al movimiento socialista, e incluso ha intervenido discretamente en algunos asuntos. Junto a las políticas impulsadas desde la Conselleria de Igualdad con carácter transversal, Puig ha contado con varias conselleras feministas que han impulsado políticas de género en sus respectivos departamentoscomo Carmen Montón; Maria José Salvador; o Gabriela Bravo, lo que ha ha dado lugar a tensiones sobre la política de género. Frente a esto, Bonig dejó puertas abiertas. «Estamos dispuestos a hablar negociar y pactar con todo el mundo». Habrá líneas: la Constitución, el Estatuto y la igualdad. Peró no vetó la posición de un pacto si los ultras proponen lo mismo que en Andalucía: suspender el Pacto contra la Violencia de Género.