El número de cruces que lleva puestas el Centro Cultural de Benidorm no ha sido suficiente y todavía le cabe, al menos, una más. Su salvación está en marcha -y con fecha- pero todavía tendrá que hacer frente a un nuevo aplazamiento. La Sociedad Proyectos Temáticos de la Comunidad Valenciana (SPTCV), encargada de la construcción, y la Unión Temporal de Empresas (UTE) que iba a acometer el proyecto han rescindido el contrato por mutuo acuerdo al negarse la UTE a hacer la obra con las condiciones que se firmaron hace más de diez de años y que suponían cobrar cuatro años después de ejecutarlas.

La consecuencia es un nuevo aplazamiento para un proyecto que parió el expresidente Francisco Camps y que Ximo Puig espera reactivar a partir del próximo mes de febrero pese a haber anunciado varias veces que el centro estaría acabado para 2018. La presión del jefe del Consell a la SPTCV para intentar superar los no pocos obstáculos con los que se ha topado la obra, paralizada desde 2010, ha llevado a la sociedad pública que lidera Antonio Rodes a rescindir el acuerdo con la UTE, formada por Dragados y Rover Alcisa, y a negociar que sea Tragsa quien la haga.

Fuentes de la Generalitat especificaron que para febrero se estará trabajando en el nuevo centro cultural, si bien han sido ya varias promesas las que se han hecho sin que se haya movido un solo ladrillo en el último mandato. La proximidad de las elecciones autonómicas y municipales podría jugar su papel y, sin duda, vender la reactivación de un proyecto que quedó en el dique seco del PP como un logro del que también intentarán sacar rédito los populares. Recientemente, Cs criticaba tanto a populares como a los socios del Consell por los retrasos.

A la SPTCV no paran de salirse apuros en la recta final del mandato, justo donde la sociedad tiene un valor fundamental para hacer campaña por ser impulsora de importantes proyectos para Alicante. Hace una semana tuvo que superar el bache que los socios de Ximo Puig pusieron al nuevo contrato de la salida de la Vuelta al Mundo a Vela desde Alicante. Compromís bloqueó la novación del contrato al entender que necesitaba más aclaraciones y finalmente salió adelante en el último pleno del año 2018 de Consell. Y todo después de un duro informe del Síndic de Comptes sobre la falta de transparencia en el Corsorcio de la Vuelta al Mundo a Vela.

Entrega de la obra

En octubre, según las fuentes citadas anteriormente, se iba a empezar el Centro Cultural de Benidorm, pero la UTE dijo que no hacía la obra con el método de cobro de entonces, que no tenía financiación y otros problemas que se resolvieron con la rescisión bilateral del contrato. La constructora aún tenía obras que no se le habían abonado, así que hubo acuerdo en finiquitar este largo proceso. Con ello se inició la búsqueda urgente por parte de la SPTV de otros constructores pero licitar de nuevo su construcción era un proceso largo. Finalmente, con las navidades encima, se ha llegado a un acuerdo con Tragsa para que ejecute la obra a partir de febrero por el mismo valor: diez millones y medio de euros, ya presupuestados en las cuentas del Consell. La rescisión del contrato ha supuesto la entrega de la obra a la Generalitat Valenciana, que ya tiene el proyecto para aprovechar parte del edificio. La otra parte se cubrirá con una lona.

En este proyecto se ha previsto una sala menor de conferencias con 546 butacas, una cafetería y las instalaciones para los conservatorios de música y danza. Además, supondrá la recuperación estética de una de las insignias de deterioro urbano en la capital turística de la Costa Blanca. El proyecto, diseñado en su día por el arquitecto Juan Navarro Baldeweg, quedó paralizado en 2010 debido a la crisis y a la mala situación financiera de SPTCV. Desde entonces, los distintos ejecutivos del PP habían dejado pasar el tiempo sin dar una solución a la finalización de las obras. La situación pareció cambiar tras las autonómicas de 2015, porque acabar el Centro Cultural se convirtió en un objetivo prioritario para el socialista Ximo Puig.