En su discurso de fin de año, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, destacó que la Comunidad es hoy referente de «honradez, diálogo y estabilidad» como generadores de crecimiento económico. Incidió en la necesidad de «renovar el contrato social valenciano» y consolidar un acuerdo que tenga como meta «la creación de empleo, la igualdad de oportunidades y la democracia». «Esta es la oportunidad valenciana, por la que podemos convertirnos en una de las regiones innovadoras, prósperas y dinámicas de Europa», aseguró.

«Estamos todavía lejos de donde queremos llegar, y ahora se nos presenta una gran oportunidad», consideró el presidente, que apostó por alcanzar estas metas «sin fantasías, sin estridencias y sin atajos». Para Puig, «no se trata de un camino fácil» y resulta sencillo «caer en la tentación de acudir a respuestas tan simples como equivocadas», que «menosprecian la autonomía política o desdeñan el feminismo». Para ello, emplazó a los valencianos a construir la convivencia. «Hablemos con personas que no piensan como nosotros, utilicemos la redes sociales como lugar de encuentro y no como trincheras de la intolerancia, contrastemos la información, reivindiquemos la duda», manifestó antes de destacar la «solidaridad» en casos como los del Aquarius o el de la tripulación del pesquero «Nuestra Madre Loreto» de Santa Pola.

Puig garantizó que el Consell «estará donde tiene que estar» para mantener reivindicaciones «irrenunciables» como el cambio del modelo de financiación o las inversiones justas del Estado. Puso la Comunidad como ejemplo de estabilidad con la aprobación de los presupuestos de la Generalitat para 2019, que se ha producido, subrayó, «por cuarta vez en tiempo y forma», algo que «solo tres comunidades han hecho» y agradeció que la Comunidad «haya conseguido ser un ejemplo de concordia desde el respeto a las diferencias».