P ¿Es Natxo Bellido el mejor candidato de Compromís para Alicante?

R Sin duda. Hace cuatro años se le conocía poco y ahora se le conoce mucho. Ha sido capaz de poner la imagen, la palabra y lo más importante: el talante al servicio de un proyecto político. Compromís en Alicante tenía difícil entrar en las instituciones y Natxo Bellido consiguió un plus en las anteriores elecciones encabezando la lista. El tripartito no funcionó, pero no funcionó hasta cierto punto, porque consiguió que en Alicante se dejara de hablar de corrupción. Y esto lo vemos tan normal, pero había que situarse hace seis años. Sí es verdad que hubo problemas y sería absurdo negarlo. Dentro de esa dinámica hay que reconocer que Natxo Bellido fue el único que intentó mantener la estructura de un gobierno de la izquierda para Alicante.

P ¿Qué falló en el tripartito de Alicante?

R Falló una mejor definición de estructuras y falló lo que nosotros en el Consell llamamos el mestizaje. Se tendió mucho a que cada cual conservara su concejalía para sí pero había poco diálogo común. Eso no es bueno.

P ¿Qué explica ese fallo del mestizaje?

R El talante de algunos y ciertos personalismos. No pondré nombres porque a estas alturas son conocidas esas personas. Pero es que Natxo Bellido escapó de eso. Nadie puede acusarle a Natxo de haber hecho propuestas sin contar con sus socios de gobierno y haber intentado negociar hasta la extenuación en un ambiente desquiciado. En la política parece que si no te pegas con alguien no eres nadie y Natxo Bellido es esa persona de consenso que necesita Alicante. Además es, de los tres líderes del tripartito, el único que continúa teniendo a todo su partido detrás con él. Siempre he estado convencido de que tenía que ser el cabeza de lista.

P ¿Qué tipo de autocrítica tiene que hacer la izquierda en Alicante?

R Hay que dejarse de programas de gobierno kilométricos con montones de propuestas en las que no se evalúa bien la capacidad de llevarlas a la práctica porque las instituciones tienen problemas de dinero, de personal o dinámicas. Hay que centrarse en unos pocos proyectos y para gobernar establecer mecanismos de confianza mútua, no de resolución de conflictos una vez surgen. En Alicante hay una serie de problemas muy concretos que hay que combatir y en los que centrarse.

P ¿Y cuáles son?

R La desigualdad entre riqueza y pobreza. Y esto se combate con propuestas económicas muy concretas con medidas desde la Universidad o con el Distrito Digital. Segundo, la implantación en Alicante de la sociedad del conocimiento. Alicante tiene que modernizarse. Luego hay que desatascar los proyectos urbanísticos básicos. Natxo Bellido ya decía esta semana de revitalizar el plan Avant. Con el PP hemos visto cosas muy vistosas, pero hay que ver qué pasa con el Plan General, la limpieza de la ciudad e hincarle el diente al desierto de Rabasa. Alicante está sucia y desastrada. También necesita nuevas formas de gobernabilidad. Es una ciudad acostumbrada al ordeno y mando y eso ya no funciona. Hay que buscar nuevas alianzas entre lo público y privado, ver el papel de las asociaciones y ser más transparente. Y Alicante tiene que liderar su entorno más inmediato. Liderar con Elche y liderar comarcas. Alicante tiene que dejar de llorar, ponerse a liderar y dejar de quejarse de València y establecer un diálogo. Hay que pensar desde Torrevieja hasta Benidorm. Y no desde el concepto de provincia, que me da igual. Las provincias son decimonónicas y la Constitución las eliminará.