Dos de los colectivos a los que Vox se ha dirigido en Andalucía de forma más directa porque representan segmentos de la sociedad que defienden la tradición frente a la modernidad son los cazadores y el mundo ligado a la tauromaquia. Ambos sienten como amenaza las leyes ecologistas y animalistas que promueven partidos de izquierda.

El presidente de Vox en València, José María Llanos, ya se reunió con los representantes de la Federación de Caza, que agradecieron el gesto del partido radical. Pero el PP no quiere que esos colectivos se le desmarquen. Por eso, el partido que lidera Isabel Bonig anunció ayer que va a presentar iniciativas en defensa de la caza y la tauromaquia que llevará a ayuntamientos, las Cortes, Congreso y Senado. Ayer mismo, Isabel Bonig se reunió con un colectivo, la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja) que ya tuvo un encuentro anterior con Vox, una formación cuya entrada en las instituciones valencianas el próximo 26 de mayo dan por segura los dirigentes populares en privado.

En público, Isabel Bonig no descartó ayer un pacto con Vox en la Comunidad Valenciana. «Estamos dispuestos a hablar absolutamente con todo el mundo», respondió. Para que Isabel Bonig sea presidenta en 2019 debería darse una situación muy similar a la que ha ocurrido en Andalucía estos días, un pacto PP-Cs con el apoyo parlamentario de la ultraderecha. «El PP sabe pactar y llegar a acuerdos y en España se está produciendo un vuelco hacia el bloque de la derecha, que puede repetirse en la Comunidad y en España», dijo ayer. Bonig apostó por el PP como partido más votado y, por tanto, hegemónico en ese bloque, pero no rehuyó el apoyo de la derecha radical como acaban de hacer los populares andaluces que en unos días convertirán a Juan Manuel Moreno Bonilla en presidente de Andalucía.