El expresidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, rompió ayer su silencio desde el hospital en el que está ingresado tras siete meses en prisión. Lo hizo a través de unas notas enviadas a su mujer, Rosa Barceló, quien las hizo públicas anoche a través de un comunicado. En las mismas, Zaplana proclama su inocencia y niega tener intenciones de fugarse dado su delicado estado de salud.

«Quiero empezar afirmando, "como obviedad", que soy inocente porque no he sido juzgado tal como reconoce nuestro ordenamiento jurídico, aunque no sea libre por estar sometido a prisión preventiva, estando privado de mis derechos y mis libertades; y si me lo permiten quiero hacer otra afirmación en este caso subjetiva, "soy inocente" por el convencimiento absoluto de no ser responsable de los hechos de los que se me acusa en el auto judicial que produce mi detención», inicia el que también fuera alcalde de Benidorm en su escrito de casi tres folios.

«Orgulloso de mi gestión»

«Orgulloso de mi gestión»El exministro de Trabajo se pronuncia sobre la acusación de haber cobrado presuntas mordidas de la adjudicación de las ITV en 1997 y del Plan Eólico en 2003, «cuando ya no era presidente de la Generalitat Valenciana», puntualiza, aunque no sobre otros asuntos como el dinero desviado a Luxemburgo, Uruguay o Panamá, «cuestiones a las que no puedo responder al no conocer en qué se basan por estar el sumario secreto».

Pero sí señala tajante: «Si puedo afirmar que jamás cobré comisión alguna por unas adjudicaciones públicas y jamás distraje una peseta o un euro de las administraciones públicas a las que serví y de cuya labor me siento muy orgulloso». A continuación, tras agradecer «a todo el mundo que se pronuncia en favor de mi puesta en libertad», el expresidente de la Generalitat asegura que «mi estado de salud no es la principal causa de preocupación para mí (sin duda lo es para mi familia, mis seres queridos y mis médicos) pero para mí por encima de ello está la defensa de mi honor y mi nombre, y el recuerdo que de mi nombre quede a mis hijas y nietos».

A continuación, Zaplana arremete contra la decisión de la jueza, la Fiscalía Anticorrupción y la Audiencia de València de mantenerlo siete meses en prisión provisional por «mi capacidad para destruir pruebas y el riesgo de fuga». Zaplana asegura que «el mismo resultado se podría haber conseguido si, en lugar de la prisión provisional se hubiese acordado el arresto domiciliario que, además, hubiera ayudado a mi salud, pero en cualquier caso no sé qué prueba puedo destruir después de siete meses de privación de libertad, ni quien se puede plantear seriamente que en mis condiciones me vaya a fugar de mi país».

Y para criticar la decisión de los investigadores que le mantienen en la cárcel, el exministro recurre a una cita del jurista y autor del Código Civil, Manuel Alonso Martínez, que «en siglo XIX ya alertaba de "los funcionarios que intervienen en la instrucción del sumario, que animados de un espíritu receloso y hostil que se engendra en su mismo patriótico celo por la causa de la sociedad que representan, recogen con preferencia los datos adversos al procesado, descuidando a las veces consignar los que pueden favorecerle"».

Por ello Zaplana se pregunta cuánto tiempo deberá «estar en prisión para no destruir pruebas» y si los investigadores no han tenido tiempo «desde 2015 (cuando se inicia la investigación, ignoro los motivos) para terminar de cerrar la acusación con el despliegue de medios [realizado] como escuchas telefónicas, orales (micrófonos), seguimientos...» Al tiempo que pide la libertad para sus dos amigos y presuntos testaferros, Joaquín Barceló y Francisco Grau, encarcelados junto a Zaplana, según él, «por su amistad conmigo y ser yo quien soy».

Y concluye que «cuando se levante el secreto del sumario espero poder defenderme y explicar todo aquello que la instrucción necesite que aclare». Por ello traslada «todo mi agradecimiento a cuantos han tenido la sensibilidad y argumentos para pedir mi libertad y desearles a todos feliz Navidad».

«Le vi ilusionado»

«Le vi ilusionado»Con anterioridad a las notas del exjefe del Consell, Rosa Barceló realiza un preámbulo en el que asegura que vio a Zaplana el pasado jueves y que estaba «ilusionado» por poder al fin explicarse. Barceló añade que «desde entonces ni a mí ni a mis hijas nos ha permitido volver a verlo. Nadie nos ha explicado porqué , pero lo cierto es que está no sólo privado de libertad sino además incomunicado». Al respecto, la esposa de Zaplana se queja de su familia sólo dispondrá de 45 minutos para verlo a la semana.