El Consell remató prácticamente el mandato con la aprobación en las Cortes Valencianas de sus cuartos presupuestos de la legislatura en lo que supone un ejemplo de estabilidad política casi inédito en España durante estos últimos cuatro años. Es cierto que queda por delante la tramitación en el hemiciclo autonómico de asuntos claves para el mandato del Botànic -el gobierno que comparten los socialistas y Compromís con Podemos de socio parlamentario- como, por ejemplo, el visto bueno a la Ley de Servicios Sociales o el debate de la futura norma que delimitará el papel de la Diputación, aunque está por ver que se apruebe en las pocas sesiones que le restan en las Cortes. Pero también es verdad que sacar adelante las cuentas para 2019 -finalmente cifradas en un montante total de 22.096 millones, las más altas de la historia- ofrece una imagen de normalidad en una agenda política marcada por el conflicto territorial que tiene como gran exponente la crisis en Cataluña.

A pesar de que los dos principales socios del Botànic necesitan del respaldo de un tercero como Podemos para sacar adelante sus propuestas, el mandato está a punto de cerrarse sin ninguna derrota parlamentaria sonada. Y no solo eso: apenas tres autonomías -la Comunidad Valenciana junto a Baleares y Canarias- han aprobado los cuatro presupuestos de esta legislatura en los plazos establecidos. Siete gobiernos regionales, incluso, acaban el mandato antes de las elecciones autonómicas del próximo mes de mayo con sus cuentas prorrogadas en lo que supone un frenazo notable a la capacidad de gestión. El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, puso en valor la aprobación de los cuatro presupuestos de la legislatura como un factor de estabilidad, crecimiento y empleo. Con el despliegue de los presupuestos de la Generaliat para 2019 se pueden crear unos 50.000 puestos de trabajo.

La aprobación de estas cuentas después de dos meses de tramitación y de debatir cerca de 2.000 enmiendas se celebró con aplausos por parte de los grupos que sustentan al Consell además de con un abrazo entre Puig y la vicepresidenta, Mónica Oltra, líder de Compromís. Los presupuestos de la Generalitat para 2019 crecen un 10,7%. Las consellerias de Sanidad, con 6.634 millones, y Educación, con 5.121, son las de mayor importe, mientras el gasto social, de 13.818 millones, supone el 84% de las partidas. El incremento de la deuda y los intereses representa casi el 30% del aumento total del documento, elaborado con un objetivo de déficit del 0,1%, en un escenario de aumento del PIB del 2,5%, seis décimas menos que el registrado ya en este 2018 y que facilitará un aumento extra del 0,25% para todos los empleados públicos valencianos.

El espíritu navideño y el buen ambiente han inundado la sesión en las Cortes con abrazos y buenos deseos entre diputados de la oposición y de los tres grupos del Botànic. La portavoz del PP, Isabel Bonig, ha liderado ese espíritu navideño al mostrar desde el atril una caja con «deseos para todos» que contenía doce uvas, a las que acompañaban otras tantas propuestas del PP. Al bajar de la tribuna, Bonig ha entregado la caja a Puig, entre agradecimientos y apelaciones al diálogo. «Vivimos una época tan convulsa con 'fake news' y cosas extrañas, pero al final la gente es capaz de escucharse, proponer y hacer cosas», dijo emocionado Manolo Mata, que dejará su puesto como síndic socialista al finalizar este mandato.

Mireia Mollà, en nombre de Compromís, detalló que se viven «tiempos frenéticos» en la situación política española, consideró que son «momentos de diálogo con mayúsculas» y terminó su discurso con una frase contra la violencia machista que, confesó, es «su gran deseo» para 2019: «Si mañana me toca a mí, quiero ser la última». David Torres, de Podemos, que se despidió del parlamento toda vez que no repetirá en la próxima legislatura, señaló que se tomaría una cerveza «encantado» con Bonig y con todos los diputados, aunque «no con todos a la vez».

Ximo Puig resumió lo ocurrido en el hemiciclo en los pasillos de las Cortes: «Si alguien tenía alguna duda de que había desaparecido el espíritu navideño, pues ya ven ustedes que no». Para el jefe del Consell esta es una jornada en la que «los valores que más hermanan a los valencianos, que tienen que ver con la solidaridad, con la creatividad, con la manera de entender de una manera abierta el mundo, se han concitado desde todas las miradas en las Cortes; creo que hoy es un gran día para la Comunidad». Y deseó que esta «felicidad» y esta hermandad «impregnen en gran medida la navidad en toda España: el Nadal és valencià». Los diputados han abandonado el hemiciclo cargados de buenos deseos -incluida la caja con uvas- y con la felicitación del presidente de las Cortes, Enric Morera, que esta vez ha variado la frase con la que suele acabar los plenos: «Señorías, no han hecho ustedes un buen trabajo; han hecho un buenísimo trabajo».