El punto fundamental de la reunión, a pesar del anuncio sobre el Consejo de Ministros en Alicante, fue precisamente la situación política en Cataluña que ha provocado una fractura interna en las filas socialistas. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, le mostró a Puig su preocupación, pero también le trasladó su convencimiento de perseverar en la vía política y en la búsqueda de puntos de encuentro dentro de la legalidad, a pesar del auge ultra que ha capitalizado Vox. Partidario de las tesis más federalistas dentro del PSOE, Ximo Puig trasladó su apoyo a ese «espacio de diálogo, moderación y serenidad» que cree que está utilizando Pedro Sánchez en relación con Cataluña, ya que considera que «el que todos sigamos gritando no soluciona problemas» y que haya «insultos cruzados», tampoco. La figura de Puig, tras la derrota de Susana Díaz en Andalucía, adquiere todavía, si cabe, mayor peso. Es el dirigente territorial con mayor poder del PSOE y, por tanto, ahora mismo una voz autorizada en la organización.

«Yo ya he dicho lo que pienso de la cuestión territorial: la bipolarización y la confrontación permanente no ayuda a resolver los problemas. Sabemos ya lo que ha significado la receta del pasado y creo que hay que dar apoyo al presidente del Gobierno en la defensa del interés general que está llevando adelante, y en el espacio de diálogo que se ha abierto y es necesario», defendió. En esta línea, consideró que es «muy difícil» en estos momentos la gobernación en España porque existe una «bipolarización muy profunda» en la que el gobierno catalán de Quim Torra «no ayuda en absoluto», este último «con sus declaraciones absolutamente impresentables en muchas ocasiones». Sin embargo, añadió: «El que todos sigamos gritando no soluciona problemas y que, por otra parte, haya insultos cruzados tampoco». «El espacio del diálogo, moderación, serenidad es el que usa el Gobierno y que cuenta con mi apoyo», zanjó la cuestión dejando claro, por omisión, que no es partidario de volver a aplicar una suspensión de la autonomía a través del 155.

Puig recalcó que «siempre» que tiene «oportunidad» de plantear algún tema a Pedro Sánchez se ha encontrado con «un presidente que escucha». Por eso, mostró su apuesta «por el diálogo en el debate territorial» para desde el Estado de Derecho «avanzar en buscar soluciones a los problemas que existen y el presidente del Gobierno cuenta con mi apoyo en esta cuestión y con la lealtad reivindicativa en el conjunto de inversiones y necesidades que tiene la Comunidad Valenciana».