Los insultos que el líder de Vox en la provincia de Valencia, José María Llanos, ha proferido estos días contra el portavoz de Compromís en el Congreso Joan Baldoví en redes sociales donde le ha llamado «estúpido, ignorante, majadero, comunista trasnochado y traidor a la democracia», después de que el exalcalde de Sueca le calificara de «neonazi y neofascista» constituyen el primer enfrentamiento abierto entre un dirigente de izquierdas y la formación de ultraderecha. Baldoví aseguró ayer en declaraciones a INFORMACIÓN que difundió los insultos porque le llamó la atención que Llanos sea profesor universitario de Derecho. El diputado de Compromís añade que no denunciará al dirigente de Vox, pese a que algunos compañeros se lo han recomendado.

«No quería darle más relevancia porque a ellos les viene bien que nos enganchemos de ese modo, pero quería poner de manifiesto el talante de esta gente intolerante que usa 'argumentos' de este calibre y sobre todo el hecho de que fuera profesor y porque es necesario que quienes les apoyan sepan quienes son», después de que hayan obtenido por primera vez presencia parlamentaria en Andalucía. El dirigente de Compromís asegura que optó por la ironía y por eso escribió: «Como véis, el presidente de Vox de València me envía un amable saludo, un señor correcto y educado y se nota que es profesor universitario, personas pacíficas y comedidas». Baldoví, que fue profesor antes que político, asegura que escribió en ese tono porque lo que se necesita ahora es precisamente resolver los problemas con diálogo y evitar a las personas que alimentan sus argumentos con palabras que solo echan todavía más gasolina a los problemas.

Mientras crece la tensión en las redes, escenario en gran parte de los movimientos de Vox, el auge ultra ha terminado por dividir a Ciudadanos en la estrategia que debe seguir en su relación con el partido de Santiago Abascal. En la formación naranja no tienen de momento claro cómo moverse. La dirección autonómica aún no ha abordado esta cuestión formalmente, pero las fuentes consultadas discrepan. El debate está ya latente. Algunos cargos autonómicos del partido sí ven necesario una especie de «cordón sanitario» que se situaría en rechazar un posible pacto de legislatura o que la formación ultra asuma áreas de poder . Sin embargo, en el partido naranja también hay voces que no descartan obtener su apoyo en el futuro para poder gobernar las instituciones valencianas.