Alicante se convierte cada 6 de diciembre desde que así lo acordó el actual Consell en 2015 en la sede institucional de la celebración del Día de la Constitución en toda la Comunidad Valenciana. Y este año la Carta Magna cumple su 40 aniversario en un momento de grave inestabilidad política con durísimos ataques contra el modelo territorial que garantiza el autogobierno y el peligro por el avance de la ultraderecha que se ha visualizado en las últimas elecciones andaluzas con la irrupción de Vox. A la convocatoria que se celebrará a partir de las diez de la mañana en un escenario emblemático de la capital alicantina como el Teatro Principal asistirán, como es habitual, las más altas instancias de la Comunidad: el Consell en pleno con Ximo Puig a la cabeza; y el presidente de las Cortes, Enric Morera.

Como se recordará, hace ahora tres años, el actual Consell que comparten los socialistas y Compromís, en sus primeros meses de mandato, acordó que la celebración oficial del Día de la Constitución a partir de ese momento tuviera como escenario Alicante. Es una expresión, como recordaron fuentes de Presidencia, del concepto de «bicapitalidad» con el que Ximo Puig ha intentado impregnar su primer mandato en la Generalitat: el 9 d'Octubre tiene como sede València y el 6 de diciembre la provincia. «Hoy, con este acto que coincide además con los 40 años de la Constitución, Alicante es la capital de la Comunidad Valenciana», recordaron desde Presidencia. Más allá de una convocatoria de máximo nivel institucional en la ciudad y de la nómina de premiados, este 6 de diciembre tiene un indiscutible calado político por el debate autonómico y la alerta ultra. Y todo eso no solo marcará, sin ninguna duda, los discursos sino que también obligará a revisar con lupa la nómina de los asistentes a esta cita en la capital alicantina.

Lo cierto es que la celebración, a menos de seis meses de las elecciones municipales y autonómicas en las que el Botànic se juega su continuidad, llega en un momento de cuestionamiento del modelo territorial con el PP apostando con el liderazgo de Pablo Casado por la recentralización de competencias como la Educación o la Sanidad; y la ultraderecha -espoleada por la exitosa irrupción de Vox en Andalucía y la posibilidad de institucionalizarse de forma generalizada en los próximos meses durante los comicios que se celebren- poniendo la supresión de los gobiernos autonómicos en el centro de su discurso. En su intervención durante el acto de hoy, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, hará una defensa de la Constitución como el espacio que garantiza el autogobierno, la diversidad cultural y lingüística o los valores que generan derechos sociales. Una serie de valores que, como apuntaron fuentes de Presidencia, deben continuar siendo determinantes para garantizar la convivencia. El jefe del Consell hablará de un «constitucionalismo militante» e integrador que tiene el estado de las autonomías, con errores que deben corregirse de inmediato, como uno de sus grandes avances. Un argumento en el que Puig lleva tiempo insistiendo. Topa el jefe del Consell con una realidad que volvió a evidenciar el CIS de ayer: el 30% de los valencianos prefiere un estado sin autonomías. Solo dos territorios registran niveles más bajos.

Como detallaron desde la Generalitat, a falta de confirmaciones de última hora, el acto contará con la asistencia de más de 500 personas, casi la mitad de ellos cargos políticos e institucionales de toda la provincia. El alcalde de Alicante, Luis Barcala, como confirmaron fuentes municipales, será el dirigente del PP más importante que participará en el acto. No acudirá, sin embargo, el presidente de la Diputación, César Sánchez, que ha preferido quedarse en Calp en el que será su último 6 de diciembre como alcalde de su localidad. Envía a la cita por delegación al vicepresidente Carlos Castillo, el dirigente del PP que representa la imagen visible y al ala más dura de la batalla que se libra entre Diputación y el Consell. Tampoco estarán ni el presidente provincial del PP, José Císcar, ni la líder regional, Isabel Bonig. «Esas ausencias únicamente alimentan a Vox», se quejaron desde el Botànic sobre la actitud del PP.