El PP y Cs expusieron ayer sus primeras intenciones en Andalucía, donde, a pesar de haber sido segunda y tercera fuerza, pretenden gobernar mediante pactos, en los que Vox podría desempeñar un papel destacado. El desastre para los socialistas en las elecciones andaluzas del domingo ha desatado los nervios en el PSOE con respecto al mejor momento para convocar los comicios generales, toda vez que los resultados del 2-D muestran a Vox y a Ciudadanos al alza.

El líder del PP, Pablo Casado, dejó claro ayer que no ve riesgo en pactar con Vox y situó la radicalidad política en Podemos y no en el partido de Santiago Abascal. Además, arengó a los barones populares a la estrategia que lleva mostrando desde que preside el partido. Estrategia y discurso que, en su opinión, se han visto ratificados por los andaluces en los comicios autonómicos -aunque el PP ha perdido más de 300.000 votos-, porque los resultados dan al PP, la posibilidad de gobernar, siempre que logre un acuerdo con Ciudadanos y Vox.

Un día después de esa cita, Casado reunió ayer al Comité Ejecutivo Nacional del PP y junto al candidato de su partido a la Junta, Juanma Moreno, instó a sus dos potenciales aliados a avenirse a pactar con su partido. Y a quienes alertan de una alianza con la fuerza de extrema derecha, Casado respondió criticando el «cinismo» de la izquierda y su «superioridad moral» para decidir quién es o no es radical, porque en su opinión es Podemos, y no Vox, el «partido más radical» y «peligroso», que entre otras cosas «ha defendido la historia criminal etarra».

La línea roja en la negociación con Vox, subrayó Juanma Moreno, es la Constitución, mientras que Casado sostuvo que no piensa «tocar» la Carta Magna ni aceptar en ningún caso la supresión de las autonomías que defiende la formación ultraderechista.

Pero sí puso en valor, una vez más, las cosas que tienen en común, entre las que citó la defensa de la unidad de España o de las fronteras ante la inmigración irregular, así como la bajada de impuestos, la lucha contra la corrupción o la mejora de los servicios sociales.

En la comparecencia de Casado y Moreno, los mensajes más duros fueron dirigidos a Cs por pretender que su candidato, Juan Marín, se postule para la investidura en lugar de apoyar la del líder regional del PP. Juanma Moreno insstió en que Cs tiene que apoyar al PP porque «ni siquiera sus propios electores entenderían que la tercera fuerza quisiera liderar el cambio».

Cs quiere gobernar

Por su parte el secretario general de Cs, José Manuel Villegas, pidió ayer al PP y al PSOE que sean «responsables» y no bloqueen un cambio en Andalucía, aunque en última instancia si no hay un acuerdo, no descartarton «ningún escenario», incluida la opción de Vox, para que gobierne el candidato naranja, Juan Marín.

Asumiendo que las negociaciones para formar gobierno en Andalucía van a ser muy complejas, Villegas dejó claro que en Andalucía va a gobernar Marín con nuevas políticas. «Nada va a seguir igual», dijo al poner en valor los 21 escaños conseguidos y doblar el número de votos.

Cs puso sobre la mesa un gobierno en solitario, con apoyo del PP y del PSOE y solo cerró la puerta a la posibilidad de que gobiernen los socialistas. En principio, aunque no cuenta con Vox, Villegas insistió en que no quiere pasar «muchas pantallas» a tan solo veinticuatro horas de las elecciones, insistiendo una y otra vez en que su planteamiento es tender la mano al PP y al PSOE.

Villegas aprovechó para distanciarse de Vox al recalcar que Cs representa una opción «moderada y de centro liberal» y están claros cuáles son sus referentes europeos. Pero, no obstante, subrayó también que se veía «incapaz de descartar ningún escenario». En todo caso, la formación naranja reúne hoy a su dirección para ver cómo afrontan las negociaciones.