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Entrevista

Rubén Martínez Dalmau: "Sería un capricho de Puig avanzar las autonómicas"

La militancia le colocó esta semana al frente de la candidatura de Podemos a la Generalitat, un puesto al que opta como número uno por Alicante, algo inusual en la política autonómica

El aspirante morado, en otra imagen tomada en la Universitat de València, donde es profesor.

La candidatura que usted representaba, Endavant Podem, era la que mayor consenso generaba. ¿Cómo piensa cerrar heridas entre las distintas sensibilidades como la del exsecretario autonómico del partido, Antonio Montiel, o los anticapitalistas?

Yo es que no creo que haya heridas abiertas en Podemos. Todos tienen capacidad para presentar sus ideas, debatirlas en público y finalmente son los militantes los que votan. En esta campaña se plantearon varias alternativas, tres de ellas en particular muy fuertes: la de los anticapitalistas liderada por Àngels Varó; la de María Giménez que integraba a Montiel y a Rosana Pastor y la de Endavant Podem que lideraba yo, con la presencia de Pilar Lima, Bea Gascó y los cercanos a Antonio Estañ. El debate ha sido amplio y rico. No entiendo que un procedimiento democrático pueda causar heridas.

¿Cómo hará para que el proyecto funcione todos a una?

Las candidaturas nos comprometimos a que, ganara quien ganara, íbamos a ir todos a una a favor de la lista ganadora porque es la que la gente de Podemos quiere.

En este proceso interno para elegir una figura tan importante como la del candidato a la Generalitat se han movilizado algo más de 5.400 personas. ¿Le preocupa la baja participación de su partido de cara a las elecciones autonómicas de 2019?

Esa baja participación yo no la veo. En términos porcentuales han votado el 60% de las personas inscritas y validadas en Podemos. No creo que sea baja, aunque es verdad que a todos nos gustaría que fuera del cien por cien. La abstención también es un derecho.

¿Estaría dispuesto a entrar en el gobierno valenciano si se reeditara el Consell del Botànic?

Claro que sí. Salimos a por la presidencia de la Generalitat. Que quede claro. Y queremos no sólo reeditar el Botànic sino profundizarlo. Que sea una fuerza de transformación de forma que las cosas que no se han podido hacer estos primeros años, donde el objetivo era desalojar al PP, se puedan ejecutar ahora con un proyecto más completo y mayor cohesión social.

¿Fue un error entonces que Podemos no entrara en el Consell tras las elecciones de 2015?

No. Fue una decisión tomada desde la responsabilidad y la conciencia de quienes éramos en ese momento. Éramos un partido muy nuevo que llegó con mucha fuerza a los procesos electorales, empezando por los europeos. Pero se necesitaba más tiempo de cohesión. Por eso asumir tareas de responsabilidad desde el Consell podría no haber sido del todo responsable y preferimos apoyar al gobierno del Botànic desde el Parlament con un papel vigilante. Ha sido un papel enormemente valioso proponiendo leyes para mejorar la vida de los valencianos.

Pero ya toca gobernar...

Es la única forma de cambiar la vida de la gente. Ahora estamos más preparados y hemos demostrado que podemos gestionar bien.

Hablaba de que solo estando en el gobierno se pueden hacer leyes y cambiar la vida de las personas. ¿Qué valoración hace del mandato de Ximo Puig

El gobierno valenciano ha empezado haciendo lo principal, que era sacar al PP de las instituciones y acabar con los circuitos de poder que le llevaron a la corrupción e inmoralidad para avanzar hacia otra forma de hacer política. Cierto que el gobierno está supeditado también a limitaciones: uno de cada tres euros se va a pagar deuda pública. Y de eso no tiene culpa el Botànic. Son situaciones heredadas. Aún así el gobierno ha planteado políticas para luchar por la dependencia, copago y otras muchas para consolidar un cambio.

¿Qué condiciones marcará Podemos si sus votos son decisivos tras la cita de 2019?

No es el momento de hablar de condiciones, sino únicamente de ganar las elecciones.

Pero tendrá sus líneas rojas...

Nuestra línea es luchar contra la injusticia social, la pobreza, la desigualdad, hacer una política feminista o el medio ambiente. Más allá de ello no creo que se pueda ir a unas elecciones marcando líneas rojas, eso no tendría sentido en el marco de una negociación política. Ya vendrán cuando veamos la correlación de las Cortes.

¿A quien prefiere al frente de la Generalitat Valenciana: a Ximo Puig o a Mónica Oltra?

A mí. Yo quiero ser el presidente de la Generalitat. Si eso no ocurre tendremos que hablar los socios del Botànic y ver, en función del marco de las condiciones que tengamos, lo que mejor convenga al pueblo valenciano. Pero por lo que me preguntaba, la verdad es que no parto de ninguna preferencia. En caso de un pacto de izquierdas. ¿Tiene que ser presidente de la Generalitat el candidato de la candidatura con más votos?

Siempre he defendido lo que dice la Constitución y el Estatuto de Autonomía. La persona que tiene que llegar a la Presidencia es la que obtenga la mayor confianza para su investidura por parte de las Cortes Valencianas. Ocurre de esa manera en cualquier sistema parlamentario del mundo. Por eso, a priori, no tiene por qué ser la lista más votada, sino aquella persona que genere más consenso o capacidad para recibir la confianza de los parlamentarios. Añado que tampoco creo en los mandatos eternos y entiendo la política como un servicio público donde los cargos no deben pensar en estar siempre en el poder. La alternancia es un principio fundamental dentro de cualquier democracia.

¿Está descartado que Podemos vaya con Compromís a las autonómicas en la Comunidad?

En absoluto. En el marco de unas elecciones históricas como las que vendrán es importante que hablemos de intervalos de intereses comunes. Fuimos con ellos en las generales de 2015 y 2016 y nos fue muy bien con A la Valenciana. Incluso recogería la idea de Ximo Puig de presentar candidaturas conjuntas al Senado entre el PSPV, Podemos y Compromís. Sería espectacular para romper con grilletes que, por ejemplo, perjudican enormemente a la provincia de Alicante en la elección al Senado. Nos toca una décima parte de senadores en proporción. Un acuerdo preelectoral de varias opciones con intereses comunes nos puede llevar a buenos resultados.

¿Cuándo se cierran las negociaciones de su partido con EU?

No estoy puesto todavía en este tema porque lo llevaba el partido y yo al fin y al cabo soy candidato desde el martes. Pero me voy a interesar mucho más por este asunto y por lo que me comentan hubo un compás de espera que se ha solucionado y que no tardará en llegar. Iremos juntos porque tenemos objetivos muy cercanos.

¿Le falta músculo político a Podemos en la Comunidad después de que no se presentara en muchos municipios en 2015?

¿Por qué?

No se presentó a las locales en 2015 con marca propia y ha tenido además problemas de liderazgo: tres referentes en cuatro años.

Es que en 2015 no nos pudimos presentar como Podemos. Eso fue una decisión a nivel estatal que tuvo que ver con lo que comentaba antes de que éramos un partido muy nuevo y se presentó con partidos instrumentales o bajo marcas paragüas. Así que no creo que sea un problema de falta de músculo. Tenemos decenas de secretarios generales, cientos de concejales, algún alcalde como el de Vinaròs y más que músculo creo que lo que le falta es el chip electoral. Los partidos políticos son organizaciones para ganar elecciones. Eso es lo que tenemos que entender ahora.

¿Qué le ha parecido la victoria de Xavi López en Alicante, una ciudad donde su partido ha pasado por pucherazos, transfuguismo y guerras internas?

La victoria de Xavi es para pasar página de una historia convulsa en la ciudad de Alicante, basada también en algunos pecados de juventud. Estos años nos han dado la capacidad para ver las cosas con mucha más distancia. Ha sido una candidatura muy sostenida que yo he apoyado desde el principio. Va a ser un buen alcalde de Alicante.

¿Es partidario de celebrar un «superdomingo» electoral juntando autonómicas y generales?

Ni sí ni no. El «superdomingo» solo se daría en caso de que el Gobierno estatal se encontrara con una situación excepcional de no poder gobernar, y como tal, no le veo problema al «superdomingo».

¿Entonces no ve necesario que haya que adelantar las elecciones a las Cortes Valencianas si coinciden con las generales?

No solo innecesario, sino que me parecería un capricho. No creo que el que tiene la potestad de convocar elecciones anticipadas, que es Ximo Puig, ponga por delante los intereses electorales o su capricho por delante del pueblo valenciano, que es la continuidad del gobierno del Botànic.

¿Volverá Podemos a insistir en políticas como el sistema de residuos o la tasa turística?

Hay medidas que no se han cogido con suficiente fuerza precisamente porque no estábamos en la gestión del Consell. Las dos son medidas para recuperarlas.

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