Un año después de la multitudinaria manifestación celebrada en la ciudad de València para exigir un trato justo desde Madrid en la financiación autonómica para la Comunidad, representantes de los grupos políticos de la corporación local alicantina junto a sindicatos y miembros de la sociedad civil se concentraron frente a las puertas del consistorio de la capital para exigir esa mejora de la financiación, que no solucionó el gobierno del PP ni ahora el ejecutivo de los socialistas. Un año después, cambio en la Moncloa incluído con la marcha de Mariano Rajoy y la llegada de Pedro Sánchez, apenas se ha avanzado en la reforma de un sistema de reparto de fondos que en el mes de enero cumplirá nada menos que 5 años caducado.

La Comunidad Valenciana deja de ingresar anualmente 1.325 millones y suma ya una «deuda histórica» que se va a acercando a los 20.000 millones. Hubo una ausencia destacada en la protesta alicantina: la de los regidores del PP con el alcalde Luis Barcala, que en estos momentos dirigen el Ayuntamiento de Alicante. Compromís ha solicitado que la pancarta se cuelgue del balcón municipal. Luis Barcala cargó contra la coalición de izquierdas y exigió que se deje de «pancartas y camisetas para ponerse a trabajar con medidas que mejoren la ciudad». La protesta se reprodujo en numerosas localidades, especialmente aquellas bajo gobierno de las fuerzas que conforman el Consell del Botànic. La vicepresidenta de la Generalitat y líder de Compromís, Mónica Oltra, aseguró que son un gobierno «optimista, esperanzado y paciente» y confía en que Madrid aborde el cambio del modelo de financiación esta legislatura aunque alertó de que les está entrando «ya un sentimiento perentorio».