Las Cortes Valencianas rechazaron ayer, con los votos del PSPV, Compromís y Podem, devolver al Consell el proyecto de Presupuestos de la Generalitat para 2019, tal y como reclamaron el PP y Ciudadanos en sus enmiendas a la totalidad de estas cuentas. El conseller de Hacienda, Vicent Soler, pidió «el apoyo a los presupuestos más ambiciosos y maduros, pues garantizan derechos sociales y homologan la inversión en sanidad, educación y atención social al resto de autonomías, a pesar de la infrafinanciación de la Comunitat».

Soler dijo que el aumento en los ingresos no se debe a una mayor carga impositiva, ya que se han bajado los impuestos; destacó que no van a renunciar a reivindicar una financiación justa y tildó de paradójico que haya quien quiera renunciar a estos ingresos y a la vez reducir las listas de espera.

El PP consideró que las cuentas presentadas son «un engaño» y «una mentira» para los valencianos pues incluyen más de 2.600 millones de ingresos ficticios, algo en lo que ha coincidido Ciudadanos, que ha advertido de que la Comunitat sufrirá «la intervención del Ministerio de Hacienda» en 2019.

El PSPV, Compromís y Podem aseguraron que estos son los presupuestos que merecen los valencianos porque son «honestos y democráticos», consolidan el cambio iniciado en 2015, recuperan derechos y no renuncian a reclamar y luchar por unos ingresos que son de los valencianos.

El popular Rubén Ibáñez preguntó qué beneficio sacan los valencianos «del engaño y la mentira» que, a su juicio, representan los ingresos presupuestados, y planteó cuándo han venido a la Comunidad en los últimos tres años los 1.325 millones reivindicativos a cuenta del nuevo modelo de financiación. Para Ibáñez, el presupuesto «no es serio», es «propaganda y postureo para suplir la falta de gestión del Consell». Añadió que si se quiere hacer un servicio a los valencianos, el presidente Ximo Puig, debería disolver las Cortes y convocar elecciones.

En un sentido parecido se pronunció el diputado de Ciudadanos Antonio Woodward, para quien se está ante un «presupuesto fake» (falso) lleno de «futuros incumplimientos y promesas que no se podrán cumplir», y pidió al Consell que recapacite, rehaga las cuentas y las haga «creíbles y, sobre todo, realizables». «El milagro de los panes y los peces solo lo podemos atribuir a Jesucristo», afirmó Woodward, quien aseguró que estos serán los presupuestos de la «frustración». Cifró en más de 3.000 millones los ingresos previstos de «dudosa materialización», y advirtió de que la Comunidad sufrirá la intervención del Ministerio de Hacienda.

El socialista José Muñoz aseguró que decir que los ingresos del Consell son ficticios es como decir que las necesidades de los valencianos son ficticias, y lamentó que PP y Cs renuncien a un dinero que pertenece a los valencianos, y por el que los socialistas «seguirán peleado hasta últimas consecuencias».

Mireia Mollà (Compromís) recordó que los 1.325 millones llevan cuatro años en los presupuestos autonómicos y eso no ha impedido «avanzar en derechos», y lamentó que se quiera quitar esa partida reivindicativa, y por tanto aplicar recortes, «antes de dar la batalla por ella».

Desde Podem, David Torres también defendió las cuentas y consideró que las enmiendas del PP y Cs están vacías de argumentos y son» ideológicas e injustas porque pretenden recortar servicios públicos fundamentales, atrasar a la Comunidad y situar a los valencianos como españoles de segunda o tercera división».

Las enmiendas del PP y Ciudadanos fueron rechazadas con los votos del PSPV, Compromís y Podem, mientras que los diputados no adscritos exparlamentarios de Cs, que se abstuvo.