El candidato apadrinado por el hombre fuerte del socialismo en Alicante prefiere esconderse y guardar silencio en el caso de los desfibriladores. El aspirante que Ángel Franco se ha sacado de la manga para que se convierta en alcaldable para las municipales de 2019, Andrés García Trillo -un independiente desconocido que ejerce de responsable médico en el Ayuntamiento de Alicante- se atrincheró ayer detrás de los portavoces oficiales de la cúpula socialista en Alicante y eludió cualquier tipo de explicación ante el bloqueo de la instalación de estos aparatos sanitarios en los mercados municipales.

La verborrea que García Trillo desplegó el miércoles en la sede del PSPV-PSOE de la calle Pintor Gisbert durante el registro de su candidatura a las primarias del partido y la transparencia con la que dijo que iba a trabajar contrastó con el silencio de ayer. O no quiso o no le dejaron hablar. Miembros de la dirección local del socialismo de Alicante se parapetaron ante quien pretender estar al frente de las siglas del puño y la rosa y, bajo el pretexto de que era su cumpleaños, justificaron el silencio del candidato a las primarias del partido un día después de que este diario publicara que bloqueó la instalación de seis desfibriladores en los mercados municipales de Alicante -hoy todavía embalados en cajas- por no recibir un aumento de sueldo de 745 euros mensuales en concepto de trabajos extra por su puesta en marcha y posterior mantenimiento.

Ni el secretario general de los socialistas alicantinos, Miguel Millana, ni el concejal y diputado socialista Carlos Giménez -mano derecha de Ángel Franco y su hombre de confianza en el Ayuntamiento de Alicante y la Diputación- facilitaron el contacto con García Trillo, que finalmente permaneció completamente desaparecido de la polémica mientras los «delfines» de Franco capeaban el temporal. Según Giménez, el responsable médico del Consistorio rehusó colocar los desfibriladores en los mercados municipales al no cobrar el «trabajo extra» que suponía su instalación y mantenimiento. «Precisamente al ser un tema sensible requería de supervisión constante para que todo funcionase bien. Eso requiere de un tiempo y es un trabajo extra. Y como cualquier trabajo extra se pidió que se pagara pero el Interventor se negó porque dijo que esos servicios no se tenían que abonar», indicó Giménez, quien promovió y firmó la propuesta de aumento de sueldo como edil de Recursos Humanos con Gabriel Echávarri de alcalde.

El concejal explicó que los desfibriladores, aún en cajas comiendo polvo, los compró la concejalía de Comercio. Para su uso requerían del control del médico del Ayutamiento. «Eso no está dentro de sus funciones. Igual que hay otros funcionarios que tienen extras o igual que quien cobra horas extras por exceder su jornada, este funcionario pidió que le pagaran por un trabajo que excedía sus competencias. Siempre dijo que lo haría, pero quería cobrarlo», sostuvo Giménez.

La ya candidata tras registrar los avales a las primarias en Alicante y portavoz del grupo socialista en el consistorio de la capital Eva Montesinos, destacó que los desfibriladores son «fundamentales» y se limitó a ratificar que la médico que trabajaba en el área de deportes cuando era concejal del ramo colocó todos los desfibriladores de las instalaciones municipales «sin percibir ningún complemento». El aspirante «sanchista», José Asensi, por su parte, quitó hierro político al asunto de los desfibriladores. «Me parece más una cuestión de ética profesional. Su actitud muestra quizás una personalidad, pero creo que políticamente hablando el debate es si este candidato cumple con la notoriedad y los valores socialistas que exigen los estatutos del PSOE», detalló el propio Asensi.