Por primera vez en mucho tiempo, un presupuesto de la Generalitat incluirá un reparto de inversiones territorializadas en el que Alicante recibirá, al menos en las previsiones de gasto, un volumen de inversión similar al de su peso poblacional en la Comunidad. Según el documento que el conseller Vicent Soler entregó ayer en las Cortes, a la provincia llegarán en inversiones directas -capítulos VI y VII de las consellerias y del sector público- un total de 293,4 millones, un 60% más que en las cuentas de 2018 ahora vigentes. Eso supone que, para el próximo año, la provincia tendrá en las cuentas proyectos por una cuantía económica que supone el 37,8% de toda la inversión territorializada del Consell, un porcentaje similar a lo que representa el conjunto de la población alicantina en la Comunidad.

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Unos datos que encajan, por ejemplo, con los de la Conselleria de Vertebración del Territorio, que tiene previsto invertir en 2019 -año electoral- un total de 87,2 millones en infraestructuras viarias y ferroviarias en de Alicante, un crecimiento del 32% y representa el 46,8% de la inversión total en carreteras y ferrocarriles en el conjunto de la Comunidad. Este año 2018 la Conselleria tenía asignados 66,2 millones. En concreto, en conservación y mejora de las carreteras se invertirán 28,5 millones, de los que la gran beneficiada será la mejora de la seguridad vial entre Elche y Santa Pola (CV-865) con más de dos millones, la mejora de la CV-755 en Guadalest con un millón de euros y la rehabilitación de la CV-820 en El Moralet (Alicante). Un año más un «pufo» heredado del Consell de Francisco Camps, la ampliación de la Avenida de Dénia, se llevará 4 millones, que aún quedan por pagar. La factura no se pagará hasta 2020 con otros cuatro millones.

El presupuesto se destinará a la mejora, entre otras, de la seguridad en la circunvalaciones de Villena, Algueña y Pinoso. También está previsto actuar en la mejora de la seguridad vial en la rotonda de San Miguel de Salinas (en ejecución y con un presupuesto de 1,2 millones), en Hondón de las Nieves, Jacarilla (Vistabella), Los Montesinos, Novelda, Orihuela y Xàbia, así como en la Vía Parque Elche-Santa Pola (un tramo ya está en obras), y en la mejora de la travesía de la partida alicantina de El Moralet en la carretera CV-800 que conecta Alicante con Xixona (un millón).

Se contemplan también obras por 19 millones para la conservación del resto de la red autonómica de carreteras como la reforma del firme entre Sax y Salinas (567.000 euros) o los 355.000 euros de la mejora de la CV-95 entre Orihuela y Jacarrilla. En el presupuesto global de carreteras siguen apareciendo los 600.000 euros para la peatonalización de la Explanada y 60.000 euros para redactar el plan de movilidad del área Alicante-Elche. También se pretende iniciar el año que viene los planes comarcales de movilidad de la Vega Baja, la Marina y el Vinalopó. Por último, se iniciarán los estudios para la mejora de la CV-95 y la estación intermodal de la Vega Baja. En cuanto al ferrocarril, la inversión será de 58,7 millones para acabar de pagar el Túnel de la Serra Grossa y modernizar la Línea 9 del TRAM que conecta Benidorm con Dénia, y en la que además de electrificarla se van a incorporar trenes nuevos.