Cataluña ha vuelto a tensar la política valenciana. Los argumentos de la derecha y de la izquierda en la Comunidad ligados al conflicto catalán se han vestido de nuevo de arma arrojadiza entre los socios del gobierno de Ximo Puig y de los partidos en la oposición en las Cortes Valencianas (PP y Cs). Las formaciones de centro-derecha han saltado como fieras ante la última intervención pública del presidente de las Cortes Valencianas, Enric Morera (de Compromís), que durante la entrega de los Premis Octubre celebrados el pasado fin de semana en València criticó el «encarnizamiento existente con los presos políticos en Cataluña», afirmaciones que hizo en presencia del presidente del Parlamento de Cataluña, Roger Torrent.

Un día después, el domingo, el Castillo de Santa Bárbara de Alicante acogía un acto por el 600 aniversario de la Generalitat Valenciana al que la Síndica de Cs, Mari Carmen Sánchez, rechazó ir porque a su juicio lo que se había organizado era una encerrona, a favor del independentismo con la presencia y participación de Roger Torrent, que también acudió al evento de Alicante.

Por este motivo, Cs en las Cortes Valencianas pidió ayer la reprobación del presidente de la Cámara autonómica. Los naranjas entienden que se ha apoyado «a los políticos independentistas catalanes presos por un presunto delito de sedición» y que se ha ido «en contra el sistema judicial que preserva los derechos constitucionales y el ordenamiento jurídico español». Para la Síndica de Cs, Enric Morera no tendría que haber manifestado su opinión personal en un tema así, y menos a favor de los presos políticos catalanes como máxima autoridad de un parlamento autonómico. En opinión de Sánchez, «Morera tendría que respetar y defender la Constitución y el Estatuto de Autonomía, puesto que son los garantes de la soberanía popular y de los valores democráticos de libertad, justicia, igualdad y pluralismo político».

Casi copiando el argumento del PP de que la Comunidad Valenciana sigue una hoja de ruta similar a la de Cataluña, Mari Carmen Sánchez defendió que el secesionismo catalán «ha irrumpido en la agenda política valenciana de la mano de Compromís y ante la inacción del PSPV».

El ataque de Cs y del PP al gobieno valenciano y por extensión directa a Compromís, se convirtió ayer en la clave de una jornada de resaca política por las manifestaciones de Morera y por la presencia este fin de semana de Torrent en València y Alicante, ya que su asistencia a los actos de celebración por el aniversario de la Generalitat se tornó una ofensa para los partidos de la derecha.

Mientras Cs rehusó ir a la conmemoración del 600 aniversario de la Generalitat que se celebró en el Castillo de Santa Bárbara de Alicante y pedía ayer la reprobación de Morera, los populares vinieron cargados de argumentario contra el proceso de catalanización que, a su entender, está produciéndose en la Comunidad. Con este argumento de fondo, nada nuevo en el discurso de los populares, la presidenta autonómica del PP, Isabel Bonig, ofreció el voto a favor de su grupo a los presupuestos autonómicos de 2019 y apoyar todos los proyectos hasta las elecciones de mayo si el PSPV rompe con sus dos socios de gobierno. «La situación es lo suficientemente grave como para que estemos anteponiendo los intereses partidistas a los intereses de los valencianos», dijo Bonig, quien lamentó que este fin de semana se hiciera una «exaltación de golpistas» en la Comunidad.

Bonig cuestionó la presencia del presidente de las Cortes y de los consellers Vicent Marzà y Vicent Soler en los Premis Octubre y recordó a Puig que ya le ofreció su apoyo en febrero de 2016 para sacar las cuentas y que ahora le tiende la mano de nuevo para que cuente con los treinta diputados del PP para poder mantener el gobierno valenciano hasta mayo de 2019 «sin nada a cambio».

El alcalde de Alicante, Luis Barcala, se sumó ayer a las críticas por los actos del 600 aniversario del nacimiento de la Generalitat Valenciana y afirmó que fue una «estrategia de respaldo al independentismo clarísima» y que desde el consistorio no estaban dispuestos a facilitarla ni a ampararla. Por ello, defendió que se colocaran las banderas de Alicante, de la Comunidad y de España en un acto institucional celebrado en dependencias municipales.