Dentro de 48 horas, el conseller de Hacienda, Vicent Soler, acudirá a las Cortes de cara a iniciar la larga tramitación parlamentaria -casi dos meses- de los presupuestos de la Generalitat para 2019, los últimos que elaborará el gobierno que encabeza Ximo Puig con Mónica Oltra como vicepresidenta antes de las elecciones municipales autonómicas de dentro de siete meses. Más allá del detalle de los números con unas negociaciones que, como es habitual, estarán abiertas hasta el último minuto, las cuentas autonómicas para el año electoral incluirán, desde el punto de vista político, una importante novedad: un «guiño» a la economía, al empleo y a aquellos departamentos encargados de generar actividad y riqueza. Un viraje estratégico importante en un gobierno que, hasta el momento, había concentrado casi por completo sus esfuerzos en la política social.
Es cierto que no estamos ante los presupuestos más importantes de la legislatura. Los ahora vigentes, correspondientes al ejercicio de 2018, fueron los últimos que el Consell del Botànic pudo prometer y además ejecutar durante un año natural. Los que ahora remitirá el conseller Soler a las Cortes, sin embargo, sirven como compromiso y ofrecen, de alguna manera, una voluntad de continuidad pero tienen un margen de cumplimiento muy limitado por el proceso electoral. Hay territorios en los que, a diferencia de la Comunidad Valenciana, no se van a elaborar presupuestos y se prorrogarán. El Consell del Botànic, sin embargo, ha optado por sacar adelante sus cuentas para ofrecer imagen de estabilidad y evidenciar la existencia de un proyecto -luego los números electorales marcarán el camino- para la próxima legislatura.
Hasta ahora, todos los esfuerzos del Consell del Botànic se habían concentrado casi en exclusiva en la política social. Como el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, explicó hace unos días en las Cortes, los departamentos vinculados a esas áreas suman cerca de 2.500 millones de presupuesto desde que en 2015 el gobierno del PP abandonó el Palau después de la derrota electoral. Concretamente, la conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas, dirigida por la vicepresidenta Oltra, ha incrementado sus presupuestos en un 22%; el departamento de Educación encabezado por Vicent Marzà ha crecido un 11%; los presupuestos del área de Justicia a cargo de la consellera Gabriela Bravo se han incrementado durante los últimos años en un 9%; y las cuentas de Sanidad, desde que se inició el mandato del Botànic, han aumentado un 3%, explicaron desde el Consell.
El Ejecutivo autonómico quiere mantener esa apuesta por las políticas sociales. Es un signo que marca su forma de entender la gestión. Pero ahora toca mirar también hacia la actividad económica para evitar que el «motor» de la Comunidad se gripe. Hay temor a los efectos de una recesión por el impacto del Brexit o de la inestabilidad en el conjunto de Europa. Por todo ello, los presupuestos para 2019 contendrán un guiño, apuntaron estas mismas fuentes, para promocionar la actividad económica o la creación de empleo. Tendrán dotaciones importantes los departamentos económicos, la conselleria de Agricultura o Infraestructuras. La intención de la Generalitat es potenciar al máximo este tipo de políticas para, dentro de sus competencias, evitar que el motor de la economía valenciana se acabe parando en el caso de que se produzca un nuevo periodo de desaceleración de la actividad durante los próximos años.
