Sanidad ha abierto un expediente sobre la situación del alcalde Orihuela, Emilio Bascuñana, durante su etapa como médico de la administración después de que organismos oficiales de esta Conselleria hayan emitido tres informes en los que se apunta que el regidor estuvo cobrando durante seis años de la dirección territorial en Alicante sin que exista constancia de que acudiera a trabajar. El sentido del expediente que Sanidad confirmó ayer -a siete meses de elecciones- no ha trascendido, pero el caso del presunto absentismo laboral del alcalde se mirará con lupa después de que varios documentos certificaran que Bascuñana cobró 50.000 euros por un puesto en la dirección territorial sin que consten registros de su actividad laboral.

La situación deja endeble como aspirante del PP a la Alcaldía de Orihuela al favorito de Pablo Casado en la ciudad. Bascuñana es el hombre fuerte del líder nacional de los populares en la capital histórica de la Vega Baja, una figura completamente divorciada de la dirección local del partido, encabezada por Dámaso Aparicio, del entorno de la secretaria general del PP autonómico, la oriolana Eva Ortiz, número dos de la presidenta del partido regional, Isabel Bonig.

La pugna entre la dirección nacional y autonómica por el candidato de Orihuela no se aclarará. De momento. Y es que la situación es muy complicada por la ruptura interna existente. El PP de Bonig y Ortiz, en armonía con la cúpula del PP provincial -que apoyó a Soraya Sáenz de Santamaría en las primarias frente a la candidatura de Pablo Casado que sí apoyo Bascuñana- no resolverá el entuerto hasta ver cómo evoluciona el caso. Todo apunta a que dejarán pasar un tiempo antes para olfatear si la presión política, incluso la judicial si la oposición decide llegar a los juzgados con este asunto, hacen caer al regidor de la quiniela de favoritos de Génova. «De momento no hay nada, no se va a decidir nada», indicaban ayer fuentes del PP. Sin embargo, en el asunto de los informes, la dirección regional y la provincial han llegado a cerrar filas con Bascuñana alegando que él ya dio sus explicaciones, aunque admiten que este asunto no le está haciendo ningún favor. Es decir, que no lo quieren, informes al margen.

La presión aumenta sobre Bascuñana, para quien PSPV y Compromís ya han reclamado su dimisión tras conocerse la existencia de los informes, elaborados por la dirección territorial de Sanidad en Alicante, el departamento de Recursos Humanos de la Conselleria y el departamento de Salud de Orihuela. Todos coinciden en que no existe constancia de su trabajo en la dirección territorial de Sanidad de 2007 a 2014, en los que compaginó el puesto con la presidencia de Cruz Roja .

La apertura del expediente dará la posibilidad al regidor oriolano de poder presentar la documentación que obra en su poder para justificar la labor que realizó durante esos años y para poder defenderse,como ha requerido desde que saltó la polémica. Quiso comparecer ante los medios tras haber dado la callada por respuesta el martes, cuando salieron a la luz los informes. El alcalde dijo estar«muy enfadado» por la «campaña de desprestigio, no solo a mi persona sino también a una institución como es el Ayuntamiento de Orihuela». Por esa «estrategia del descrédito», de la que acusó a la Conselleria de Sanidad, a políticos del PSPV-PSOE y de Compromís y a algunos medios de comunicación, anunció que tomaría acciones legales «para que la Conselleria me haga llegar toda la información referente a este asunto, justifique por qué ha vulnerado la protección de datos, y para que haga lo que tenga que hacer para esclarecer acusaciones falsas e infundadas».

Ayer, Bascuñana quiso comparecer ante los medios, tras haber dado la callada por respuesta el pasado martes, cuando salieron a la luz los informes y dejó su defensa a su persona de confianza, el edil Rafael Almagro. El alcalde oriolano aseguró que «no he recibido ni la apertura de un expediente ni documentación alguna» sobre los supuestos seis años en los que estuvo cobrando de la Conselleria de Sanidad sin acudir a su puesto de trabajo y manifestó estar «muy enfadado» por la campaña, dijo, «de desprestigio no solo a mi persona sino también a una institución como es el Ayuntamiento de Orihuela». Por esa «estrategia del descrédito», de la que acusó a la Conselleria de Sanidad, a políticos del PSPV-PSOE y de Compromís y a algunos medios de comunicación, anunció que tomaría acciones legales «para que la Conselleria me haga llegar toda la información referente a este asunto, justifique por qué ha vulnerado la protección de datos, y para que haga lo que tenga que hacer para esclarecer estas acusaciones falsas e infundadas».

Bascuñana pidió a la consellera de Sanidad, Ana Barceló (PSOE), «que no siga jugando a hacer un linchamiento mediático» y aseguró que ésta le dijo el pasado 17 de julio, Día del Pájaro, cuando acudió a Orihuela, que «este asunto no tenía más recorrido que el mediático y político». Y descartó que fuera a dimitir.

El alcalde del PP volvió a hacerse la víctima, como ya hiciera hace unos meses tras la comparecencia de Barceló en Les Corts anunciando la apertura de un expediente- del que no se tenía constancia hasta ahora- tras volver a asegurar que todo se debe «a una campaña contra mí por haber llegado a la Alcaldía para regenerar la política, y hay resistencias interesadas para que no cambien las cosas» y añadió que «quieren quitar esa opción que yo encabezo para regenerar la participación política». En este sentido volvió a referirse a sus intenciones de ser el candidato a la Alcaldía del PP - sin querer darse por enterado de que el PPCV mantiene su decisión de relevarlo- al indicar que los informes han visto la luz «cuando se acerca el periodo de elegir alcaldable, porque no hay nada nuevo». E instó a quien tenga sospechas sobre él a que acuda a los juzgados.

Bascuñana apuntó que los informes conocidos sobre su etapa laboral en la dirección territorial de Sanidad son «contradictorios entre sí» y que «en ningún caso» certifican que dejara de acudir a trabajar y recalcó que en el caso del firmado por la directora territorial, Encarna Llinares, «tiene un claro interés partidista al firmar el documento en el que dice que no consta la adscripción funcional que sin embargo sí que adjunta el director del Departamento de Salud». Y pidió a los medios de comunicación «que sean más rigurosos y no se dejen llevar por las tergiversaciones del PSOE» a quienes amenazó con demandarles ante los tribunales si no rectifican algunas informaciones. Para el alcalde de Orihuela la clave de «este linchamiento mediático» es «ser alcalde de Orihuela, ser alcalde de Orihuela del PP y ser un alcalde que está tocándole las narices a Ximo Puig, Mónica Oltra, Mireia Mollà y a todo aquel que se ponga por delante en contra de los intereses de Orihuela».

Es el tercer escándalo de magnitud mediática en el que se ve envuelto Emilio Bascuñana en este mandato, tras el supuesto espionaje realizado por él a los whatsapp del presidente local de su partido, Dámaso Aparicio (y archivado por el PPCV) y la asesora que, supuestamente, espió a dos ediles, una del PSOE y otra del PP, cuando ambas estaban reunidas, y por lo que hay abierta una comisión de investigación. Bascuñana señaló que todos estos asuntos «son mentiras y calumnias unas detrás de otras para desacreditar mi figura, y no me van a ganar», zanjó.