La situación en el Congreso de los Diputados para sacar adelante los Presupuestos Generales ha puesto a Compromís en el lado de los deseados. Aunque la prioridad en la que se centran el Gobierno de España y Podemos con sus socios para salvar las cuentas estatales es contar con el voto de los nacionalistas catalanes, la aritmética en la Cámara Baja podría convertir los cuatro votos de Compromís en fundamentales. El partido que lidera Joan Baldoví en el Congreso de los Diputados ve como la formación más reacia en este momento a dar su visto bueno a las cuentas generales si no median antes amplias concesiones a los nacionalistas es el PdeCAT. Si finalmente otras fuerzas nacionalistas como ERC, PNV y Nueva Canaria apoyan las cuentas pero el PdeCAT se abstiene, los votos de Compromís se pondrían muy caros. Serían decisivos.

Así lo reconoció ayer Baldoví. «Nuestros votos pueden llegar a ser imprescindibles», señaló ante unas cuentas a las que no les basta el respaldo de los diputados que suman PSOE y Unidos Podemos. Y es que ante una abstención del PdeCAT, siempre y cuando Nueva Canaria, y ERC votaran a favor, los votos de la coalición serían decisivos.

Es aquí donde entran en juego los nacionalistas y donde se abre un marco que la coalición va aprovechar para hacerse valer y tensionar al Gobierno mientras haya margen por no salirle las cuentas. En el núcleo de esta negociación está, desde luego, la agenda valenciana. De ahí que Compromís se lanzara ayer a bocajarro a avisar de que el Gobierno de Pedro Sánchez aún no puede dar por hecho que cuenta con sus cuatro avales.

La situación de las fuerzas que están presionando al gobierno con cesiones a Cataluña es clave para los nacionalistas valencianos. El Gobierno está intentando convencer a los catalanes con los 2.200 millones de euros que llegarán a esta autonomía si se ratifica el acuerdo firmado ayer con los morados y sus confluencias para evitar una mayoría entre PP y Ciudadanos que pueda dar al traste con los presupuestos del año que viene de los que tanto dependen, por cierto, las comunidades autónomas como la valenciana, quese encuentra ahora mismo preparando las cuentas del año que viene sin tener claro todavía con qué ingresos contará.

Las medidas consensuadas por PSOE y Unidos Podemos tienen un fuerte carácter social. No hay excusas para Compromís salvo las mejoras que quiere sonsacar para la Comunidad Valenciana. El miércoles mismo, la ministra Maria Jesús Montero le dijo a Baldoví mientras hablaba con Marlaska por la intervención policial del 9 d'Octubre que este mismo fin de semana intentarían cerrar alguna reunión para sentarse.

El portavoz de Compromís en el Congreso, Joan Baldoví, señaló ayer a preguntas de este diario que no quieren abrir una negociación pensando ya en líneas rojas. «Si hay intención de llegar a acuerdos nos sobran ahora mismo las líneas rojas», dijo. Subrayó que su disposición a dicha negociación está clara y que hay medidas en el acuerdo presupuestario conocido ayer que le parecen «razonables». Sin embargo, añadió que también hay otras en las que «se puede avanzar más». «Ahora mismo Podemos y PSOE, que tiene 151 votos, tienen un pacto, pero para lograr la mayoría suficiente necesita de más partidos», alertó. «Es por eso que espero que se produzcan los contactos para negociar de forma que Compromís pueda sumarse a esa mayoría y apoyar las cuentas», añadió.

Aunque el portavoz de la coalición en el Congreso rehúse hablar de líneas rojas, hay trazos de negociación en los que buscan una respuesta necesaria. Una de ellas es la infrafinanciación de la Comunidad Valenciana. «Queremos y necesitamos un calendario. Hemos oído sí, luego no y luego no sabemos. Queremos un calendario más allá de promesas vagas», señaló en referencia a los compromisos de Pedro Sánchez ante Ximo Puig la semana pasada en la Moncloa.

Respecto al diez por ciento de las inversiones territorializadas que Sánchez prometió destinar a la Comunidad, Compromís quiere más. Este punto será otro caballo de batalla en las negociaciones con el Gobierno. «Es un buen punto de partida, pero hay que compensar los 20 años que hemos estado por debajo del resto», dijo Baldoví.