«No he cometido ninguna irregularidad, lo voy a seguir defendiendo con toda la convicción y también con la conciencia muy tranquila». Montón dejaba anoche el cargo de ministra de Sanidad Montón ministra de Sanidadcon estas palabras, acuciada por la polémica de las presuntas irregularidades del máster de Estudios de Género que cursó en la Universidad Rey Juan Carlos pero manteniendo su inocencia. Lo hacía -pese a que durante todo el día había mantenido que era un paso «injusto» al no haber cometido ella «ninguna irregularidad»- con el único propósito de que la mancha de aceite no llegara a Pedro Sánchez ni enturbiara el proyecto conformado hace tan solo 3 meses.

La dimisión de la exconsellera valenciana fue ayer la crónica de una muerte anunciada desde que el lunes por la mañana, el periódico digital el diario.es sacó a la luz diversos puntos del máster cursado en 2010-2011 no demasiados claros. Montón, tal como ayer defendió en su corta intervención de despedida, quiso hacer gala de «transparencia» y el mismo lunes salió, carpeta en mano, a dar explicaciones y presentar varios correos cruzados con personal administrativo de la universidad que explicaban parte de las lagunas del máster, como el pago posterior al plazo fijado, pero no todas.

El martes llegaba la segunda puya: alguna de las notas del máster había sido modificada de un «no presentado» a un «aprobado» incluso después del cierre de las actas, lo que obligaba al centro universitario a anunciar la apertura de una investigación «asignatura por asignatura» para saber qué había pasado. Montón descargó entonces la responsabilidad en el centro.

Aun con este escenario, Pedro Sánchez salió en defensa pública de Montón alabando su trabajo y dando a entender que no la iba a dejar caer. Solo cuatro horas después llegaba la dimisión tras la tercera puya: según La Sexta hasta 19 de las 52 páginas del trabajo fin de máster incluían párrafos copiados de otros cinco autores que no eran citados en la bibliografía, como la profesora de la Universitat Jaume I de Castelló, Anna Martí Gual o Mónica Pérez.

El presunto «plagio» le daba la puntilla a la ministra que a última hora de la tarde anunciaba su comparecencia para dar cuenta de la dimisión. Además de insistir en su inocencia y en que había sido «transparente y honesta» en este día y medio de furia, la exconsellera valenciana quiso irse reivindicando lo conseguido en estos 100 días al frente del ministerio de Sanidad, Bienestar Social y Consumo, como el real decreto que recupera la asistencia sanitaria universal, las bases para eliminar los copagos farmacéuticos o el acceso a los tratamientos de reproducción asistida para mujeres solas o lesbianas o la recuperación de derechos para personas en situación de dependencia.

«Tu decisión te honra»

Era, a su juicio, un «buen balance» para los primeros 100 días al frente de un ministerio en el que quedaba «mucho por hacer, pero estoy segura de que el gobierno de Pedro Sánchez lo va a hacer».

Nada más conocerse oficialmente la dimisión de Montón, era el propio presidente del gobierno el que, desde Twitter, agradecía a la valenciana tanto su trabajo como haber sabido apartarse. «Gracias, Carmen Montón, por tu compromiso con la igualdad y la justicia social. Tu decisión, valiente, te honra».