Frente a los disgustos de los últimos tiempos, a saber, las fricciones con Compromís que han hecho temblar los cimientos del «Pacte del Botànic» y las incógnitas cada vez más gruesas sobre el futuro o la futura alcaldable en Alicante, lo que hubo sobre todo ayer fue mucha literatura. Y algo de filosofía. Las ministras y consellers que el PSPV-PSOE reunió en el ADDA de Alicante nombraron a Kavafis, Saramago, Adela Cortina y hasta a Groucho Marx entre otros. Al fin y al cabo para eso se trataba de una escuela: «l'Escola d'Estiu» que los socialistas han celebrado durante los dos últimos días en la capital alicantina. El evento les sirvió para congregar a estrellas políticas de primera fila del partido -ayer con las ministras Isabel Celaá y Carmen Montón al frente-, abarrotar de militantes de toda la provincia una de las salas nobles del ADDA y darse un baño de autoestima con una legión de citas literarias sobre el futuro del país. El ánimo, apartar por un día los problemas más gruesos que angustian al partido en este arranque de carrera electoral. Fue tal el clima de optimismo que la ministra Montón y la consellera de Vertebración del Territorio, Maria José Salvador, llegaron a afirmar que en las administraciones que ahora gestionan los socialistas se están aplicando ideas que «ayudan a cambiar el mundo».

A esta ola de entusiasmo se subió por supuesto el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, al clausurar la escuela poniéndole una nota muy alta a la gestión del Consell junto a Compromís sin atisbos de autocrítica: «Lo hemos hecho francamente bien y hemos generado un momento de estabilidad, diálogo social y honradez revolucionario».

De todos los momentos posibles de su gestión junto a Mónica Oltra, el jefe del Consell destacó sobre todo el del Acuarius, lo que en plena ofensiva del PP sobre las políticas migratorias no fue gratuito: «Cuando se cerraban fronteras y dejaban morir a la gente en el mar, como si fuera un cementerio, la Comunidad abrió sus puertas. Eso es un valor enorme de buena reputación».

Así, enterrada por el momento el hacha de guerra con los valencianistas, Puig reconfirmó que «de momento» no habrá adelanto electoral en la Comunidad.

Pero no todo fueron luces. El jefe del Consell se vio obligado a bajar a arenas más farragosas en un único instante: la Alcaldía de Alicante. «Buscamos un candidato que sea capaz de alcanzar consensos, mantenga de manera estable y para más tiempo la propuesta de progreso, sea alguien moderno que interprete adecuadamente el interés general y acabe con los episodios que en el pasado ha vivido esta ciudad». Puig se refirió así con nitidez a esta tumultuosa legislatura en Alicante, a la perpetua guerra civil en la que vivió el tripartito liderado por el socialista Gabriel Echávarri y a los embrollos judiciales que propiciaron que la vara de mando de la ciudad acabara en manos del PP. Un nuevo aviso: es la segunda vez en tres días que el PSPV descarta de momento apoyar a la edil Eva Montesinos, quien forma parte de ese pasado en el que, como insinuó Puig, los socialistas no supieron retener el poder en Alicante .

El problema es que por el momento Puig y su cúpula no tienen una alternativa a Montesinos después de que el rector de la Universidad, Manuel Palomar, haya declinado tal honor. No obstante, el PSPV considera que tiene tiempo para hallar otras opciones. Puig dijo que formalmente ese proceso ni siquiera ha comenzado. «¿Y cuándo lo hará?» , le preguntó un periodista. «Aún, no», respondió lacónico el presidente. Y ya está.

El teléfono de la ministra

La escuela se erigió en un espacio de encuentro entre ministros y consellers, después del cambio de postura de Puig sobre la financiación desde que Pedro Sánchez vive en la Moncloa, y que ha encendido la indignación en Compromís. Pero los socialistas de València se apresuraron a afirmar que, a pesar de que nada es fácil, con los socialistas en Madrid ahora se vive mucho mejor.

La forma más diáfana de explicarlo la protagonizó el conseller Vicent Soler cuando, sentado codo a codo con la portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, dijo: «Yo seguiré reivindicando las mejoras para la Comunidad esté quien esté en la Moncloa, pero ahora al menos la ministra de Hacienda me coge el teléfono». Rió el auditorio. También la ministra.