La dirección del PSPV descarta por ahora apoyar a su portavoz municipal, Eva Montesinos, como alcaldable en Alicante para 2019 y rastreará otras alternativas para encabezar esa candidatura. Hace apenas 72 horas, la edil inició la batalla para liderar la lista local con el anuncio público de que está dispuesta a aceptar ese reto.

Lo comunicó tanto al presidente de la Generalitat, Ximo Puig, como al secretario provincial del PSPV, José Chulvi. Pero hasta ahora no se había producido ningún pronunciamiento sobre la decisión de Montesinos. No habrá respaldo explícito a la propuesta de la concejal socialista. Tampoco en contra. Al menos, de momento.

La dirección del PSPV quiere sondear otras posibilidades antes de comprometer su visto bueno a un aspirante u otro. Máxime cuando se debe tener en cuenta que Ferraz todavía no ha convocado ni siquiera el calendario de unas primarias que vienen con sorpresa: participación, por vez primera, de simpatizantes junto al listado de militantes de pago que están censados y controlados.

La cúpula socialista considera que la decisión de Eva Montesinos de dar un paso al frente para lanzar su candidatura es, cuando menos, prematura. En estos momentos, no está ni siquiera abierto el proceso de selección de candidatos. Como adelantó este periódico, a día de hoy, la dirección del PSPV y Ferraz están negociando los términos y plazos de esas primarias.

En principio, la intención es que la designación de los alcaldables pueda estar concretada antes de finalizar el mes de octubre. Lo cierto y verdad, en cuaquier caso, es que todavía no se ha puesto en marcha un proceso de primarias que es más complejo que en otras ocasiones al incluir, junto a los militantes, un censo de simpatizantes con derecho a voto, algo inédito en la selección de los candidatos municipales en el PSPV.

Pero, además, la dirección de los socialistas valencianos se quiere tomar la situación de Alicante con cierta calma. Valorar todas las opciones antes de adoptar una decisión sobre el aspirante al que respalda que, posteriormente, además y en el caso de que haya más de un candidato, tendrá que someterse al examen de unas primarias con militantes y simpatizantes.

En el PSPV son conscientes de que el resultado en la capital alicantina, después del episodio del fallido gobierno de izquierdas que encabezó Gabriel Echávarri y de la carambola que permitió al PP volver a la Alcaldía con el concurso de una tránsfuga de Podemos, es determinante incluso para lo que ocurra en las autonómicas.

Alicante es la provincia en la que el bloque de derechas -PP y Ciudadanos- está convencido de que puede vender con mayor efectividad su mensaje contra la gestión del Consell del Botànic, muy concentrado en el discurso identitario. Así que, con este panorama, la cúpula socialista descarta precipitarse a la hora de apoyar a un posible candidato a la Alcaldía de Alicante.

No le será sencillo a los socialistas, en cualquier caso, encontrar una alternativa de garantías que genere consenso en la convulsa agrupación de la capital, controlada por el exsenador Ángel Franco y sus grupos afines. Las perspectivas electorales, tras el fracaso del gobierno municipal, no son buenas.

Y eso, evidentemente, es un contratiempo para que la dirección del PSPV pueda encontrar un «mirlo blanco» que acepte un reto mayúsculo. Tampoco los grupos socialistas de la capital tienen demasiadas alternativas. Franco -que promovió en su día el relevo de Montesinos como portavoz municipal tras caer Echávarri- no tiene ahora mismo un candidato sobre la mesa y los sanchistas, más allá de recurrir al «primo de zumosol» de Ferraz, son irrelevantes en la agrupación.

Ahora, además, habrá que contar con el factor de unas primarias abiertas a militantes en la que el escenario, desde luego, es muy incierto. Eso podría jugar a favor de las opciones que pueda conservar Eva Montesinos en el caso de que no haya ninguna alternativa más para ser candidata... por descarte. De momento, todo está en el aire.