El PSPV ha decidido mantenerse en «modo on» y ha evitado frenar en seco su actividad en época estival ante la llegada de la precampaña electoral, donde intentará como partido diferenciarse de sus socios de gobierno. Mientras Compromís ha iniciado el rearme nombrando ya a su jefe de campaña, el secretario general de los socialistas alicantinos, Ximo Puig, hizo un hueco ayer en su agenda institucional -intensísima tras el incendio de Llutxet- para asistir a la cena de verano de los socialistas alicantinos y marcar terreno junto al líder del partido en la provincia, José Chulvi, a cuatro semanas del inicio del nuevo curso político, que el PSPV abrirá en la provincia con la Escola d'Estiu en el Auditorio Provincial de Alicante (ADDA) los días 7 y 8 de septiembre.

Los socialistas aprovecharon anoche la onda expansiva del Gobierno de Pedro Sánchez y la última crisis de liderazgo en el PP para insuflar energía a cargos y militantes que ayer se congregaron en un restaurante de Dènia. El evento, organizado por el PSPV provincial y amparado por el líder del partido, desbordó todas las previsiones y congregó al doble de personas de las que han asistido los últimos años, ya que al tratarse de una cena veraniega no suelen ir demasiados comensales.

Pero la batalla electoral está a la vuelta de la esquina y el PSPV ya lanzaba ayer mensajes en clave de ser no solo el partido más votado de la izquierda -es decir, por encima de Compromís- sino el más votado en la Comunidad Valenciana y desbancar de ese puesto al PP.

La estocada de la corrupción que acabó con Mariano Rajoy, la división mostrada en el seno del PP regional y alicantino con la sucesión de su líder; la incierta permanencia de Pablo Casado al frente de los populares por su máster y la última encuesta del CIS dando la victoria al PSOE de Pedro Sánchez han abonado el terreno de los socialistas valencianos para acelerar la precampaña e intentar sacar rédito electoral de esta coyuntura con el foco muy puesto, por cierto, en la provincia de Alicante.

Cenas, reuniones comarcales preelectorales en la Marina y la Vega Baja con el secretario de organización del PSPV, José Muñoz, y la alicantina al mando de la acción territorial del partido, Toñi Serna, así como una frenética agenda de partido a partir de septiembre, evidencian la tensa precampaña que se avecina y la necesidad de acelerar la maquinaria electoral. Y todo ello sin contar con un improbable, pero no imposible adelanto de los comicios en la Comunidad por parte de Ximo Puig.

Los socialistas saben que tienen que aprovechar el contexto actual. Su imagen ya se ve más apiñada tras remontar la fractura y las lágrimas de las primarias entre Pedro Sánchez y Susana Díaz y estar al mando de los dos gobiernos principales en clave autonómica -el de la Comunidad Valenciana y el de España- juegan un papel fundamental a la hora de vender gestión, un papel que también corresponderá adoptar a Compromís, muy eficaz a la hora de rentabilizar la experiencia del Consell con Mónica Oltra como vicepresidenta. En el extremo contrario PP y Cs utilizan precisamente las críticas a esa gestión para luchar por el espacio electoral de la derecha y el centro.

La plaza de Alicante en los comicios es clave y ello no se le escapa a ninguna formación. Es una provincia que decide resultados, y por ello el partido en el Gobierno de España y de la Generalitat ha optado por estar afaenado y mantener la actividad en verano preparando el cúmulo de eventos de septiembre: La Escola d'Estiu, la Interparlamentaria, la Fiesta de la Rosa y la elección de su comité electoral como punta de lanza.