n El vicepresidente de la Diputación y alcalde de Busot, Alejandro Morant, se echó para atrás ayer todo lo que pudo de sus palabras en Facebook e intentó «recular» tras incendiar a su partido, a la oposición en la Diputación y a las formaciones del Ayuntamiento de Alicante y de su propio municipio. Explicó a preguntas de este diario que escribió «en caliente tras ver un vídeo de esos que circulan por redes sociales». Morant, que pasaba ese desafortunado domingo en compañía de su familia, tuvo que quitar el mensaje de Facebook porque no paraba de sonarle el teléfono. Entre las llamadas que recibió, como no, la del presidente provincial de su partido, José Císcar.

Dijo que se arrepiente de lo escribió, que fue un error y que no pudo especificar este «post en caliente» cosas como que las deportaciones a las que se refería era para casos de delito. «No soy un racista», añadió, y dijo que ahora tiene que «apechugar», por lo que no dudó en afirmar que su futuro está en manos de la formación. «Estoy a disposición de lo que diga el partido».

Morant, que añadió que su mensaje era una «opinión particular» y que sí cree conveniente abrir «un debate sobre la inmigración ilegal», pidió disculpas en su Twitter en una constestación a la diputada provincial de EU, Raquel Pérez. Además de disculparse directamente ante Pérez, citó en su tuit al presidente de la institución provincial, César Sánchez. A él también iba dirigido ese perdón, pese a que no hubo reacción por su parte. César Sánchez, el único alicantino con peso en la ejecutiva de Pablo Casado sigue desaparecido. Morant no piensa dimitir. «Solo lo haría por un error en mi gestión», dijo.