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Las 60 leyes del Botànic

PSPV y Compromís han ido siempre de la mano en las Cortes, con Podemos de aliado leal: solo se ha abstenido en dos normas

Antonio Estañ, Ximo Puig, Mónica Oltra y Enric Morera, en la firma de la actualización del Acord del Botànic. m. a. montesinos

El Govern del Botànic, pese a los presagios funestos de desencuentros e inestabilidad, ha funcionado con solvencia germánica a la hora de sacar adelante los proyectos legislativos en las Cortes Valencianas. Tres años después de empezar a caminar, las diferencias entre PSPV y Compromís nunca se han reflejado en un voto diferenciado sobre una ley. Y el tercer aliado, Podemos, el externo, el que no gobierna, ha levantado la voz en ocasiones contra la acción de gobierno, pero solo se ha abstenido en dos proyectos normativos. Ni un solo no. Es el saldo contable de la primera experiencia de un gobierno de coalición y del Parlamento autonómico más fragmentado de la historia. Nada se ha roto, de momento. Al contrario, el panorama es más bien de que habrá segunda parte. Está por ver si el reparto coral es el mismo y si los papeles se repiten.

¿Rodillo? Nada de eso, para el portavoz socialista en las Cortes, Manolo Mata, sino esfuerzo por dialogar y negociar con los otros grupos bajo el convencimiento de que «la fragmentación ha venido para quedarse» y las mayorías absolutas van a ser un recuerdo lejano.

Al contrario, añade César Jiménez (Podemos), «después de dos décadas de rodillo del PP, el Parlamento ha devuelto el protagonismo a la ciudadanía exigiendo generosidad y lealtad institucional».

El síndic del PSPV pone énfasis precisamente en la «dureza» de Podemos en las negociaciones de los articulados. Al final, no obstante, los morados se han desmarcado del bipartito solo en dos normas: la de modificación de la ley de Espectáculos Públicos (querían una regulación más laxa del consumo de marihuana) y la que actualiza la ley anterior de Comercio en cuanto a calendario de apertura (no le gustó la forma en la que los socios llevaron el asunto).

Quizá el aspecto más relevante de la legislatura (al fin y al cabo, PSPV, Compromís y Podemos tienen firmado y refrendado un acuerdo que formalmente une sus destinos) es el apoyo de Ciudadanos a más de la mitad de los proyectos legislativos: 35 de 60, un 58%.

«Es la muestra de la centralidad de PSPV y Compromís», por la capacidad de pactar a izquierda y derecha, sostiene Mata.

Y es la muestra de que Cs, replica la síndica en las Corts del partido naranja, Mari Carmen Sánchez, es «un partido de centro, que no miramos las siglas o el color político de la ley que esté encima de la mesa como condición para aprobarla, sino la importancia o la relevancia que pueda tener para la Comunidad Valenciana».

Las cifras evidencian, añade la portavoz adjunta de Compromís Mònica Àlvaro, que «después de años de autoritarismo y rodillo del PP, que nos condujo al precipicio como sociedad, en esta legislatura el diálogo y la llegada a acuerdos son por fin el eje de la vida política valenciana».

La unanimidad ha existido alrededor de nueve leyes. La última ocasión fue en el pleno final de este curso parlamentario, cuando salió adelante el nuevo texto sobre Mecenazgo con el sí de todos los grupos, incluido el PP, la formación que ha votado en contra de 37 textos legislativos del Consell de Ximo Puig y Mónica Oltra (el 62%).

La grabación de plenos municipales, los procedimientos de emergencia ciudadana, la protección del patrimonio cultural, el cambio en la regulación de la Sindicatura de Comptes, el IVAM, la ordenación de la Función Pública y el Estatuto del Discapacitado son otros asuntos que han concitado el acuerdo general de la Cámara.

En total, el PP ha votado en solitario en la mitad de las leyes llevadas hasta la fecha a las Corts (30 de 60). Es una señal de que no ha habido tampoco rodillo de la oposición y bloques separados: PP y Ciudadanos han mantenido criterios discrepantes ante numerosas normas.

Los datos indican asimismo que la legislatura es considerablemente más abundante en leyes que la anterior. En la pasada, bajo el gobierno de Alberto Fabra y PP, se promulgaron 38 leyes. El Botànic ya va por sesenta cuando le queda el último curso y cuenta con una cola importante de normas a la espera de pasar por el hemiciclo en los próximos meses.

En 2014, el tercer año de la octava legislatura, el ejecutivo de Fabra tramitó con éxito (gozaba de mayoría absoluta) diez normas. En el tercer año del actual mandato botánico ya hay 18 aprobadas, y falta el tercio final del ejercicio. La ley de Mancomunidades es una de las que está a la espera de ser aprobada en uno de los primeros plenos regulares de las Cortes (al margen del dedicado al debate de política general, que abre tradicionalmente el curso parlamentario).

Una novedad es que no solo han salido adelante normas impulsadas por el gobierno. Jiménez (Podemos) recuerda que su grupo ha promovido normas como las de la lucha contra la pobreza energética, la de cuentas abiertas por una mayor transparencia, la de creación de la Agencia Antifraude o la ley forestal. No siempre con facilidad y no siempre con el convencimiento de todos los que la acabaron apoyando, como la de designación de senadores. Pero en 2018 hay que aprender a transigir. Otros dirán tragar.

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