n Uno de los puntos que estaban pendientes de aclarar con la configuración de la nueva cúpula directiva de Pablo Casado era, sin duda, si, finalmente, la Junta Local del PP en Alicante después de recuperar la Alcaldía sacaba un plus de visibilidad de este congreso una vez que tanto el presidente local del partido, Toño Peral, como el alcalde Luis Barcala, en la misma línea que César Sánchez, se reubicaron a tiempo junto a Pablo Casado después de ofrecer inicialmente su apoyo a María Dolores de Cospedal, una de las derrotadas en la votación de los militantes. Pero, al menos en presencia en la nueva dirección, los populares de la capital no han sabido rentabilizar que, en estos momentos, están al mando de uno de los gobiernos locales más importantes que tiene el PP.

Es cierto que el entorno del primer edil se daba por satisfecho con el desenlace de un congreso que ratifica su alternativa después de que hubieran surgido voces que la cuestionaran y que, además, concede a Luis Barcala línea directa con Génova para poder ahormar el resto de la candidatura con libertad sin depender de ninguna manera de las presiones que pudieran surgir desde la cúpula provincial del PP que dirige José Císcar y de la que depende formalmente la propuesta de la lista a Madrid. Es verdad que Barcala y los suyos han logrado ese objetivo pero también que se han quedado sin ese plus de visibilidad que siempre tiene formar parte de los órganos de Génova. Barcala es miembro nato de la Junta Directiva -el ilicitano Pablo Ruz fue elegido por el congreso- pero durante el cónclave estaba en las quinielas para un puesto de más relevancia dentro del comité ejecutivo vinculado al despliegue de la política municipal del PP para el propio edil o para alguien de su confianza. No será finalmente así. Y no habrá presencia de la capital en Génova.