Durante su discurso de clausura a los compromisarios en el congreso nacional que el PP cerró ayer en Madrid, y tras su elección como relevo de Rajoy como presidente, Pablo Casado tuvo varios guiños con la provincia de Alicante. Casi a modo de arranque de su intervención citó a Santa Pola. «Espero que nos veamos allí», le lanzó a Mariano Rajoy recordando que la familia de su mujer, natural de Elche, veranea en la villa marinera. «Es casi la tierra de mi mujer. Y desde luego que ha ganado un poco», le reconoció Casado a Rajoy para recordar que el expresidente del Gobierno, siguiendo el discurso desde la primera fila y que no participó en la votación, ahora ejerce como registrador en la plaza que tenía en la localidad.
Pero luego también realizó un repaso de cuestiones que serán claves en su mandato y que afectan especialmente a la provincia. De entre una especie de decálogo que Pablo Casado puso encima de la mesa durante su discurso, el nuevo presidente del PP hizo hincapié en la necesidad de un pacto nacional del agua, aunque no bajó a detalles concretos ni llegó a citar el polémico debate sobre el Tajo-Segura, cuestionado de nuevo desde Castilla-La Mancha y también por María Dolores de Cospedal, eliminada en la primera ronda del proceso interno del PP pero que en la segunda vuelta le prestó todo su apoyo.
El ya presidente del PP también se mostró muy contundente con el conflicto lingüístico y ratificó su oposición a un sistema controlado que regule los colegios concertados, un campo de batalla en la Comunidad para los populares y Ciudadanos alimentados por las resoluciones del TSJ contra las decisiones del conseller Vicent Marzà, de Compromís. «Pablo Casado conoce muy bien la Comunidad Valenciana y estoy segura de que va a atender nuestros problemas», declaró la presidenta regional del PP, Isabel Bonig.
