?La delegación de compromisarios del PP de la Comunidad Valenciana -unas 400 personas de las que 386 son delegados con derecho a voto- compartió anoche mesa y mantel en un salón de banquetes de la Casa de Campo. Una cena que los asistentes pagaron a escote y que estuvo marcada, según explicaron algunos de los militantes del PP que acudieron, por la trascendental votación de hoy y por la división que reina tanto entre los compromisarios de Alicante como del conjunto de la Comunidad. No faltó casi nadie. Nadie quería faltar para evitar aparecer marcados como causantes de una imagen de fractura. Ni de los partidarios de Soraya Sáenz de Santamaría ni tampoco de los de Pablo Casado. Pero el ambiente evidenciaba, como constataron varios asistentes, la fuerte tensión que han vivido los populares valencianos en las últimas semanas con las presiones denunciadas desde un bando y desde otro para captar compromisarios, que hoy serán los que tendrán la última palabra.