Necesitado de contrarrestar ese «sambenito» que le coloca como el candidato de Aznar en este proceso, Pablo Casado reivindicó durante su visita a Alicante la figura de Mariano Rajoy en varias ocasiones. El aspirante aseguró que no se había visto con el hasta ahora presidente del Gobierno, al frente del registro de Santa Pola, localidad en la que veranea la familia de Casado, pero sí confirmó una llamada telefónica para, una vez que pasara el proceso interno que afronta el PP, comer juntos un caldero en Tabarca.

Entre los asistentes al improvisado mitin de Casado en plena Explanada destacó la presencia de Iván Obrador, el dirigente del PP de Elda con pasado en el porno. Adela Pedrosa, la senadora que controla a los populares eldenses, fue una de las pocas partidarias de Cospedal que no acudió a la cita. Así que la presencia de Obrador llamó la atención doblemente. Tras el acto en Alicante, Casado partió hacia Gandia donde visibilizó el respaldo de Margallo. También se dejó ver Isabel Bonig, alineada con Santamaría y viendo venir el posible conflicto interno. Pidió «unidad» pase lo que pase en el PP.