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Fran Ferri : «Quiero repetir el pacto de izquierdas pero con Oltra de presidenta»

El síndic de Compromís en las Cortes Valencianas tiene claro el objetivo para las autonómicas de 2019: vencer a los socialistas

Fran Ferri, síndic de Compromís en las Cortes Valencianas, durante la entrevista concedida a INFORMACIÓN Álex Domínguez

Tres años de gestión del Consell del Botànic. ¿La llegada de Pedro Sánchez a la Moncloa ha rebajado el nivel de las reivindicaciones de esta Comunidad en Madrid?

De ninguna manera. Compromís está muy contento de haber participado en una moción de censura que ha terminado con un presidente como Rajoy ligado a la corrupción y que durante su gestión se ha caracterizado por maltratar a los valencianos. Y, con los datos en la mano, todavía más a los ciudadanos de las comarcas de Alicante. Eso es una parte positiva. Pero también es verdad que Pedro Sánchez nos deja un sabor agridulce por su negativa a reformar el sistema de financiación. Dicho esto, nuestro nivel de reivindicación continúa vigente e intacto. Y desde Compromís podemos incidir más en un gobierno de Pedro Sánchez que en uno de Mariano Rajoy.

Pero sí parece que los socialistas han rebajado el tono del discurso...

Una cosa es la postura que pueda tener el PSPV como partido. Pero otra es la posición de la Generalitat o, por ejemplo, del conseller Vicent Soler, que ha sido muy clara. El discurso del Consell del Botànic es firme y nítido. No se rebaja Y quizá, en parte, sea por la influencia que tiene Compromís en este gobierno.

Hablando de la situación del Consell. ¿Por qué todos los gobiernos teatralizan sus diferencias en la recta final de los mandatos?

Pasa y pasará siempre. En mi opinión, no se producirán diferencias muy grandes. Marcaremos distancia. Seguro. Pero quedan muchísimas cosas por consensuar y en las que trabajar. Y todavía hay tiempo por delante para ese momento de iniciar la campaña electoral, al menos, entre los socios del Botànic.

No lo parece viendo en las últimas semanas. Diferencias sobre la Agencia de la Innovación, la denuncia de la vicepresidenta Mónica Oltra sobre el bloqueo de contratos en Bienestar Social, las discrepancias sobre la financiación...

Son discusiones normales dentro de un gobierno, incluso, monocolor. Recuerdo esas diferencias, por ejemplo, entre el Consell del PP cuando yo estaba en la oposición. Había altos cargos que no se hablaban con otros. Y eran del mismo partido. La discusión dentro de un gobierno es normal. Y este, además, es un ejecutivo bicolor. No militamos todos en el mismo partido. Tenemos matices. Y Eso es normalidad democrática. Lo importante es que las cosas se puedan solucionar. Otra cosa es lo que haga el PP que lleva en campaña toda la legislatura. Sólo piensan en las elecciones de 2019. Frente a eso, nosotros estamos trabajando en el día a día con el gobierno más estable de la historia. Pensamos más en las cosas que faltan todavía por aprobar que en las próximas elecciones.

¿Pese a esas diferencias, usted repetiría con los socialistas pacto de gobierno si los votos suman después de las elecciones de 2019?

Sí. Sin duda. Este gobierno ha servido para mejorar la vida de los valecianos. Hemos reducido a la mitad el número de ciudadanos que tienen dificultades para llegar a finales de mes. Continúa siendo una cifra alta pero seguimos mejorando. Es una buena muestra de que nuestra gestión funciona. Sí estaría bien que, en el caso de que el Botànic lo siguieran formando tres partidos, todos estuviéramos dentro de ese gobierno.

En todo caso tendrán que competir. Usted seguirá pensando que es mejor presidenta Mónica Oltra que Mónica OltraXimo Puig

Quiero que Mónica Oltra sea la presidenta de la Generalitat. Ya lo pensaba antes y ahora también. Compromís es la pieza fundamental del Pacte del Botànic. Es el partido que aporta la transformación que no se está aplicando en otros gobiernos del Estado. Nosotros somos la diferencia positiva. Y la única garantía de que esas políticas se sigan aplicando es que Oltra sea la presidenta.

Hablando de la tercera pata del Botànic. ¿Por qué no es usted partidario de aceptar la oferta de coalición de Podemos para 2019?

R Si todos fuéramos iguales, estaríamos en el mismo partido. Y en la izquierda hay diferentes matices. Coincidimos en algunas cuestiones pero en otras no. Y, por tanto, que haya una pluralidad de propuestas que se visualiza en varias candidaturas, concede más posibilidades de continuidad al Botànic. Ante un pacto entre Compromís y Podemos, habría una parte de nuestros votantes que no se vería representada y que, quizá, se iría a la abstención. Es bueno que los ciudadanos elijan.

¿Por qué sí optaron en su momento por una candidatura conjunta para las elecciones generales y ahora, por contra, lo descartan?

Para las generales había coincidencia en dos cuestiones: desalojar al gobierno del Estado ligado a la corrupción y a la destrucción de derechos sociales; y desalojar a un gobierno que no había resuelto el principal problema de los valencianos como es la financiación. Podíamos ir juntos y explicarlo. Pero para un proceso como las autonómicas de 2019, tenemos diferencias. Nuestro perfil es claramente el de una fuerza valenciana y vinculada al territorio.

¿De qué parte de la gestión del Botànic se siente más orgulloso?

De la posibilidad que tienen los ciudadanos de poder ejercer sus derechos, especialmente, los sociales. Pongo un ejemplo: la reducción de la lista de espera de la Dependencia, que será más importante todavía en los próximos meses. Lo han notado también los padres que ya no pagan los libros escolares. Y hemos reducido los niveles de pobreza tres veces más rápido que en el resto de España, un ritmo que aún crecerá con los efectos de la aprobación de la renta valenciana de inclusión.

¿Y en qué se han quedado cortos?

En la eliminación de los barracones escolares. Pensábamos que lo haríamos en el primer presupuesto. No fuimos capaces de medir la dificultad de toda esa gestión sin disponer de medios. Creo que lo estamos sabiendo corregir con el Plan Edificant. Pero es verdad que nos hemos retrasado más de lo que pensábamos como también ha ocurrido con la reapertura de nuestra televisión pública. Y nos hemos quedado cortos en la política de vivienda. No lo hemos podido gestionar aunque sí hemos saldado 230 millones en deudas asumidas por el anterior gobierno como ayudas a personas.

Un debate de ida y vuelta. ¿Qué pasará con la tasa turística?

Voy a ser claro. En lo que queda de legislatura, va a ser muy complicado que se apruebe la tasa turística. No es una cosa que se vaya a tener en cuenta de aquí a las elecciones.

Y una cosa que puede quedar pendiente. ¿Qué pasará con el trámite de la reforma electoral?

Nosotros queremos que 100.000 valencianos no se queden sin voz en el parlamento. Pero es una ley que requiere de mayoría cualificada y la pelota está en el tejado de Ciudadanos, que son los que están poniendo dificultades. Es una cosa que llevaban en su programa electoral pero, en los últimos tiempos, quizá jaleados por las encuestas, creen que no les hace falta. Es una cuestión de democracia. Y, desde luego, con esta actitud, poca igualdad buscan. Tengo la esperanza de que en el periodo de enmiendas, que empieza la próxima semana, se pueda llegar a un acuerdo. Hay fórmulas. Y creo que Cs debería formar parte del consenso.

¿Teme usted el avance de Ciudadanos y que pueda sumar con el PP o, incluso, con los socialistas?

La gente se tiene que hacer dos preguntas. ¿Ha mejorado nuestra vida con este gobierno? Mi impresión es que hay una mayoría de gente que sí percibe ese avance. Y segundo. ¿Queremos que vuelva la derecha al Consell y que hagan lo mismo que hicieron durante veinte años? Nuestra alternativa ha funcionado. Y lo que la gente se tiene que preguntar es si quiere retornar al pasado.

Se lo pregunto de otra manera. ¿Teme que los socialistas puedan sumar con Ciudadanos y quieran cambiar de socio en el Consell?

Es un peligro que está encima de la mesa. En Andalucía, por ejemplo, gobiernan los socialistas con Ciudadanos y no están desarrollando las mismas políticas transformadoras que estamos haciendo nosotros.

¿Las detenciones en la Diputación de Valencia y la denuncia por financiación ilegal en 2007 de los socialistas y del Bloc, principal partido de Compromís y en el que usted milita, echan por tierra la imagen del gobierno del Botànic?

Hay que diferenciar. Nada tiene que ver un señor como Rafael Blasco dedicado a robar el dinero de los niños enfermos de Sida en Haiti para comprar pisos en València con un error administrativo que, al menos eso parece, es lo que ha ocurrido con esos contratos en la Diputación de Valencia. No es lo mismo pero nuestra autoexigencia ahí está. Y por eso hemos tomado medidas inmediatas. Lo asumimos, lo explicamos y apartamos a los imputados. La derecha intenta trasladar la imagen de que todos somos iguales. Y no es verdad. El PP se negó a 132 comisiones de investigación sobre casos de corrupción en las Cortes sólo durante la legislatura pasada y nosotros hemos aprobado una, que arrancará en septiembre, sobre la financiación de partidos. Una cuestión en la que, por cierto, no hay ni un sólo imputado de Compromís ni del Bloc. ¿Afecta a la imagen del Consell? Lo veremos. Pero los ciudadanos deben valorar nuestra forma de reaccionar ante estos temas y la que tenía el PP.

¿Cómo ven desde las Cortes debates de fondo en la Diputación de Alicante como el reparto de obras con criterios objetivos o el futuro de las instituciones provinciales?

Siempre hemos dicho que las diputaciones son instituciones obsoletas y que sobran. Pero no queremos cambiar el centralismo de Madrid por uno de Valencia. Queremos una segunda descentralización hacia el ámbito local. Hablamos de mancomunidades, agrupaciones de poblaciones... que gestionen de forma más eficiente todos esos recursos. Mientras existan, como dice nuestro grupo en la Diputación de Alicante, tiene que haber un reparto objetivo de los fondos públicos sin chantaje ni politiqueo. No se puede dar el dinero al que te hace la ola. Creo que la denuncia de mis compañeros por las ayudas a dedo de los vicepresidentes tendrá consecuencias buenas para un reparto mejor que pueda favorecer a más municipios.

¿Por qué Alicante continúa quedando tan alejada de las decisiones que se toman en València?

Nuestros diputados alicantinos son muy reivindicativos. Nos recuerdan cada día que Alicante existe...

Le hablo de una sensación generalizada sobre la relación entre Alicante y el resto de la Comunidad...

Esa sensación existe. Cierto. Creo que había un sistema de partidos que castigaba a aquellos que venían de un territorio como Alicante para reivindicar sus necesidades. Un modelo alternativo en el que los ciudadanos eligen por primarias a toda la lista, como es nuestro caso, concede una fuerza a los diputados frente a otros a la hora de reclamar lo que necesita su propio territorio.

¿Hay forma de solucionarlo?

Voluntad política. Se ha mejorado mucho en estos años. Pero falta visibilidad de Alicante y también de Castellón que tienen que reflejarse en la labor de diputados, consellers... que procedan de esos territorios.

Llegan las elecciones de nuevo y Compromís se presenta sin resolver sus problemas internos. ¿Como calificaría su funcionamiento?

Debemos avanzar en la creación de estructuras que nos permitan tomar decisiones de una forma más efectiva, rápida y con garantías jurídicas. El modelo puede ser el que queramos. Pero tenemos que encontrar esos mecanismos porque al final no funcionamos como partidos que se juntan cada cuatro años para las elecciones. Trabajamos como una organización formada por diferentes partidos pero que, al final, no tienen una base legal para consolidarse. Tenemos que buscar la mejor estructura para poder funcionar.

La provincia de Alicante sigue siendo, a día de hoy, el talón de Aquiles electoral de Compromís...

Es cierto. Hemos tenido este problema siempre en determinadas zonas de Alicante. Pero creo que lo vamos revirtiendo poco a poco como se ha visto en las últimas elecciones. Y estoy convencido de que podremos consolidar todo ese avance...

¿Les perjudica la política de normalización del valenciano en comarcas castellanoparlantes y de tanta población como la Vega Baja?

No debería. Pero es cierto que la derecha está haciendo batalla política con el valenciano. Y siempre que un partido hace eso, acaba perjudicando a la propia lengua y a la gente. No hemos eliminado la exención lingüística en la educación en esas comarcas. Pero luego me encuentro con amigos de municipios de la Vega Baja que acaban trabajando en ciudades valencianoparlantes y que me dicen: a mi me hubiera venido muy bien aprender la lengua...

¿Se le puede reprochar falta de pedagogía al conseller Marzà a la hora de explicar esa realidad?

El conseller lo ha explicado muchas veces. Nuestro objetivo es que todos los niños tengan las mismas oportunidades sean de donde sean. Y que un niño deje de aprender una de lengua le está quitando una oportunidad de trabajar y de moverse. El problema es que el mensaje no ha llegado como tenía que llegar. A mi me gustaría ver que esto funciona y que dentro de unos años tenemos un país mucho más vertebrado.

¿La crisis en Cataluña les ha perjudicado al encarar este asunto?

Depende. Hay gente que se ha creído el mensaje del PP de vincular el valenciano al independentismo cuando la lengua son puentes. Es un mensaje que ha calado entre parte de la población. Confío en que nuestra visión también se haya entendido. Es aburrido estar hablando siempre de Cataluña. Los valencianos tenemos otros problemas que atender. Pero es cierto que ese marco ha influido negativamente.

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