Presión máxima en el PP de Alicante a una semana justa del congreso extraordinario en el que se decidirá el sustituto de Mariano Rajoy. Los afines a Soraya Sáenz de Santamaría y los partidarios de Pablo Casado, los dos aspirantes a encabezar la sala de mandos de Génova, van a apretar al máximo el acelerador en la provincia -un territorio con nada menos que 184 compromisarios, una de las delegaciones más amplias de toda España- para intentar sumar votos de cara a un cónclave que, de momento, se disputa a cara de perro. José Císcar escenificará hoy el respaldo del aparato provincial del PP a Santamaría -también lo hará Isabel Bonig en Valencia- en un acto junto al exministro Íñigo de la Serna, número dos de la candidatura; mientras Pablo Casado estará el domingo en la ciudad de Alicante a la caza de compromisarios que le den la victoria.

A estas alturas de la película y con todos los finales abiertos, hay varias cosas definidas en el decorado de los populares alicantinos. Primero: los dos bandos, «sorayos» y «casados», tienen dos bloques muy definidos que no están, de momento, en disposición de llegar a acuerdos. Y en Alicante, tampoco. Segundo: fuentes de los dos sectores admiten que los delegados de Cospedal en la provincia, el tercer gran polo que surgió de la votación de militantes del pasado 5 de julio, no han pasado de forma automática a Casado y se han dividido entre los dos sectores. Y tercera: todos miran de reojo, de alguna manera, a la posición que acabe tomando en este proceso el presidente de la Diputación, César Sánchez, que se posicionó con María Dolores de Cospedal inicialmente pero que todavía, a siete días justo de arrancar el cónclave, no ha tomado partido ni por activa ni por pasiva por ninguno de los dos aspirantes.

Los «sorayos» dan por seguro que alcanzarán dos tercios de los delegados en Alicante, una cifra similar a la que esperan obtener en el conjunto de España de cara a la votación de compromisarios con la que se tiene que resolver el congreso popular. Los partidarios de Santamaría en la provincia, de hecho, dan por seguro que se les han sumado ya parte de los compromisarios de Cospedal como, por ejemplo, los delegados que controla la senadora Adela Pedrosa en Elda. Así que esperan seguir consolidando una mayoría más amplia de cara a ese congreso.

Los seguidores de Casado, un grupo de dirigentes locales entre los que destacan el ilicitano Pablo Ruz o Adrián Ballester y Alejandro Morant que ocupan vicepresidencias en la Diputación, están convencidos de que, finalmente, lograrán sacar ventaja al bloque que intenta aglutinar José Císcar y apuestan, al menos por ahora, con llevar ese órdago hasta el final. Y para eso van a poner toda la carne en el asador con la mejor arma que tienen: la figura de Pablo Casado, respaldado en el núcleo político del «aznarismo» y amparado por el relato ideológico de Faes. Estará el domingo en la ciudad de Alicante -luego marchará hacia Valencia- en un acto que tiene como único objetivo convencer a compromisarios que tengan dudas. De los que están a la espera de decidir, los «casados» confían en que acuda a ese acto el alcalde de Alicante, Luis Barcala, pero descartan a César Sánchez, al que todos los focos del PP están apuntando a la espera de que decida.