«¡Ontinyent, Ontinyent!». Podía parecer un cántico de un partido de fútbol, pero se oyó ayer en la sede de la Diputación de Valencia para despedir al hasta ese momento presidente de la corporación y alcalde de la citada ciudad, Jorge Rodríguez. Los gritos se produjeron cuando, tras anunciar su dimisión al frente de la institución provincial en una comparecencia sin preguntas, una periodista le preguntó si pensaba dejar la alcaldía mientras subía por última vez las escaleras a su despacho. La respuesta la dieron los fieles que acompañaron a Rodríguez en una despedida masiva y con muchos gestos, con una parte significativa del grupo socialista (pero no todo) detrás del hasta ayer presidente, suspendido de militancia por el PSPV tras ser detenido el miércoles pasado dentro de la Operación Alquería.

Después de la comparecencia, nada hacía indicar que pensaba dar un paso al lado también en la alcaldía. Ni siquiera varios diputados provinciales de su partido, a los que había avanzado el contenido de su mensaje de despedida antes de ponerse ante el atril y el micrófono, afirmaban después que se esperaran el movimiento. De lo transmitido se deducía que pensaba mantener la vara de mando con el argumento de que la gestión en Ontinyent está al margen de la investigación.

Sin embargo, poco más de una hora después de la comparecencia pública, Rodríguez anunció en un breve mensaje que delega la alcaldía en la primera teniente de alcalde, la hasta ahora directora general de Vivienda del Consell (y política de su total confianza), Rebeca Torró, «durante el tiempo necesario para preparar su defensa». La dirección del partido interpreta que será al menos mientras se prolonga el secreto de sumario y no se conocen con detalle las acusaciones. Torró se queda asimismo con el acta de Rodríguez en la diputación provincial.

Aunque el respaldo de hasta cinco agrupaciones comarcales del PSPV y las muestras de apoyo vecinales hicieron dudar al expresidente de la diputación, que la noche anterior se decantaba más por mantenerse en la alcaldía, finalmente siguió la hoja de ruta apalabrada durante el fin de semana con el presidente de la Generalitat y líder de los socialistas valencianos, Ximo Puig. Esta pasaba por la dimisión de la diputación y el abandono del escaño y por la delegación de funciones en la alcaldía.

Rodríguez acudió así al mediodía de ayer al Palau de la Generalitat con los deberes cumplidos, a pesar de algunas dudas. Con la decisión, fortalece el cordón sanitario en torno a Puig, que puede ofrecer un mensaje de limpieza y de pulcritud ética, al tiempo que evita preguntas sobre la situación de Rodríguez, suspendido de militancia, en Ontinyent. Ayer ya manifestó su malestar por tener que responder a cuestiones de partido en el Palau.

«Jorge, Jorge»

Rodríguez se fue ayer con un acto similar a los del viernes pasado en Ontinyent. Bajó de su despacho entre gritos de «Jorge, Jorge» hasta situarse en el atril. Detrás, parte del grupo socialista y de su equipo de confianza: Mercedes Berenguer, Conxa Garcia, Bartolomé Nofuentes, Toni Gaspar, Pablo Seguí, Voro Femenia, Xavier Simón (cogerente de Divalterra) y su jefe de gabinete, Ricard Gallego. Los dos últimos también están imputados.

Rodríguez se va «convencido», dijo, de su inocencia y «con la conciencia tranquila». Imelsa, afirmó, es «la piedra» que encontraron en el camino en el intento de devolver la reputación a la diputación. Y por Divalterra, el nuevo nombre de la empresa se va. «Nos podemos haber equivocado, podemos haber sido torpes y confiados, pero no somos ladrones», señaló. «Podemos haber metido la pata, pero no la mano». Rodríguez se va sin críticas públicas a la actuación de la dirección del PSPV. Al contrario, respaldó el listón ético puesto por el partido. Y se va con un abrazo y palabras de apoyo al elegido por Puig para sucederle: el vicepresidente primero, Toni Gaspar.

Mientras, casi cuatro horas duró la reunión que mantuvo la comisión de coordinación institucional de Compromís que aunó a la plana mayor de los tres partidos que lo forman (Iniciativa, Bloc y Verds-Equo) el mismo día en que Maria Josep Amigó asumió la presidencia en funciones de la Diputación de Valencia tras la dimisión del expresidente socialista por la mañana. La ejecutiva de Compromís hizo una previsión de la reunión que mantendrá hoy el equipo de gobierno como primera toma de contacto «oficial».