La presidenta del PP de la Comunidad Valenciana (PPCV), Isabel Bonig, evitó ayer pronunciamientos sobre los distintos candidatos a liderar el partido y dijo que la dirección regional se mantendrá «neutral al menos en la primera vuelta» de la carrera a la sucesión de Mariano Rajoy como presidente de la formación. «Que sean los militantes los que decidan», señaló tras resaltar que la participación de la militancia es en lo que consisten los nuevos tiempos y el nuevo PP.

En declaraciones a los medios, Bonig mostró su respeto «hacia todos los candidatos» y pidió, «por responsabilidad», que haya un debate de ideas y proyectos, no de personas. «Vienen nuevos tiempos y eso es positivo, espero que todo el mundo esté a la altura de lo que significan estas siglas», señaló, para agregar que aunque todo el mundo tiene derecho a participar en el proceso, pide «un poquito de responsabilidad y seriedad a todo el mundo».

Sobre las preferencias de la dirección valenciana -esta es la segunda delegación con mayor número de compromisarios- aseguró que mantendrán una «neutralidad total y absoluta al menos durante la primera vuelta» porque «esto es un proceso participativo y no tienen que decir los dirigentes a quién hay que votar», sino que «las bases libremente decidirán».

La neutralidad que quiso manifestar Bonig está marcada por los tiempos. Aún es pronto para apostar por una de las candidaturas sin tener garantías de que será la ganadora. A los dirigentes de la Comunidad les gusta Pablo Casado, vicesecretario de Comunicación y muy ligado a Elche, pero reconocen que, en estos momentos, es una candidatura que podría empañar al partido por su máster. Nadie se atreve tampoco a hacer una apuesta definitiva entre Soraya Sáenz de Santamaría y Dolores de Cospedal, que ayer sí recibieron los apoyos de exministros del gobierno de Rajoy.

Por último, a preguntas de los periodistas dijo que hay que reconocerle que ha sabido irse. «Comprendió que había llegado su fin en política».