Directivos de las consultoras Typsa y Ayesa, responsables del diseño y dirección de obra del circuito de Fórmula 1 en los Poblats Marítims de València admitieron ayer ante la jueza y el Fiscal Anticorrupción que investigan el presunto amaño de estos contratos que hicieron trabajos previos antes incluso de que se licitaran los concursos. Una información que fue el origen de la investigación -al ser denunciada por un extrabajador de las consultoras- pero que ha quedado apuntalada por los correos requisados en el Caso Valmor y, ahora, por las declaraciones de los cinco directivos que declararon jueves y viernes en la Ciutat de la Justícia de València.

Los responsables de ambas consultoras, con oficinas en València, admitieron estos trabajos previos, aunque matizaron que los hicieron «a riesgo» de que no les acabaran adjudicando los contratos. Una posibilidad bastante improbable. En estas reuniones previas, celebradas incluso antes del decreto 3/2007 de 14 de marzo que puso en marcha el diseño y construcción del circuito de F1 participaban no sólo miembros de Presidencia de la Generalitat, sino también del Ayuntamiento de València y la Autoridad Portuaria, dependiente del Ministerio de Fomento, junto a representantes de las consultoras.

Como ya informó este diario ambas consultoras fueron responsables del diseño, proyectos y dirección de obra del circuito de Fórmula 1 y participaron desde el minuto cero en la creación del circuito. Antes, incluso, de ganar los contratos que les adjudicó el ente Gestor de Transportes y Puertos (GTP), dependiente de la Conselleria de Infraestructuras. Unas adjudicaciones a las que se presentaron con las cartas marcadas, porque Typsa y Ayesa participaron en la redacción de los pliegos de condiciones de los contratos que se les adjudicarían por valor de 7,8 millones de euros.

Contratos antes de ser UTE

La irregular participación de Typsa y Ayesa en las reuniones preparatorias del circuito de F1 se develaron en un informe de la Unidad de delincuencia económica y fiscal (UDEF) de la Policía, gracias a las actas que conservaba la asesora de Presidencia para la Fórmula 1 Belén Reyero y que la Policía requisó por orden de la Fiscalía Anticorrupción y el Juzgado de Instrucción 2.

Esta documentación también confirmó que Técnicos de Typsa también participaron en las reuniones con Ecclestone, según pudo comprobar la UDEF tras revisar los 105.000 correos recopilados durante los registros de Circuit del Motor y Sociedad Proyectos Temáticos de la C. Valenciana (Sptcv). La UDEF también desveló que «la UTE (unión temporal de empresa) Typsa-Ayesa resultó adjudicataria de tres contratos por el GTP, dos se materializaron antes de la elevación a escritura pública de la constitución de la unión temporal de empresas», según señalaba la UDEF en su informe.

Las declaraciones de los directivos de las consultoras se prolongaron desde las diez de la mañana hasta pasadas las 18 horas, lo que retrasó las declaraciones de los cuatro políticos citados a declarar: Ricardo Costa, Vicente Rambla, David Serra y Francisco Camps. Aunque se llegó a hablar la posibilidad de retrasar las declaraciones, la apretada agenda de las partes personadas en la causa hizo que la jueza mantuviera el horario de las declaraciones, que finalizaron a las dos de la madrugada.

El único que comparecía como testigo era Ricardo Costa quien ratificó su declaración ante la Fiscalía Anticorrupción sobre la estructura creada en el PP para supuestamente generar dinero en negro para financiar el partido y que también se habría extendido a la Fórmula 1. Costa amplió detalles que ya apuntó en el juicio por la financiación irregular de la Gürtel. Por ejemplo una conversación que mantuvo con Rambla en la que éste le dijo, presuntamente, que las facturas falsas eran la única manera de financiar al PP. El ex secretario general del PP también declaró que Serra custodiaba una caja fuerte. Y que Camps y Juan Cotino eran la cúpula de la pirámide de la financiación ilegal. Unas declaraciones negadas enérgicamente por Rambla, Serra y Camps en sus declaraciones. David Serra sí admitió la existencia de una caja fuerte, aunque aseguró que Costa era «el único que tenía la llave». Y Rambla, inspector de Hacienda de profesión, negó haber mantenido esta conversación.