La batalla para suceder a Mariano Rajoy al frente del Partido Popular comienza a ponerse interesante una vez que ya está convocado el congreso que deberá renovar el liderazgo popular. El exministro de Asuntos Exteriores y número uno en el Congreso del PP por Alicante, José Manuel García Margallo, está moviéndose estos días para sopesar los apoyos con los que podría contarcon el objetivo de lanzarse como candidato a presidir el PP en el congreso extraordinario que se celebrá los días 20 y 21 de julio. El exministro está realizando algunos contactos en la provincia para tantear si puede sumar el primer requisito necesario: recoger un centenar de avales para poder someterse a la votación de los militantes -prevista para el próximo 5 de julio- y, de esa manera, tratar de lograr el 10% de los votos que le permitiría llegar con su propuesta viva hasta la celebración del congreso.

Según confirmó el propio Margallo a este diario, el parlamentario alicantino, afincado en Xàbia, está dispuesto a dar el paso y ser candidato. No obstante, esperará a saber si hay otro candidato o candidata que defienda mejor sus ideas. En conversación con este periódico, el exministro con Rajoy indicó que espera que el próximo congreso sea un debate de ideas y no de personas aunque al tiempo indicó que ya tiene desde hace años un proyecto articulado sobre España basado en la transición económica y la reforma constitucional, entre otras medidas para dar respuesta al conflicto territorial. Mientras el pasado lunes el PP celebraba la Junta Directiva Nacional para convocar el congreso, el diputado se trasladó a la sede del PP en Alicante y allí comentó en algunos círculos que estaba interesado en recoger avales. Margallo está haciendo gestiones con el propósito de lanzar una candidatura propia. El exministro irrumpió hace unos días en las carrera sucesoria, pero para posicionarse en contra de la alternativa de la exvicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, en el caso de que presente candidatura. «Haré todo lo que pueda para que no gane», vino a decir el exministro Margallo, un veterano de la política en su momento muy próximo a Rajoy, pero que no llevó bien que lo descabalgaran de la cartera de Asuntos Exteriores.

Margallo ha sido una suerte de «verso libre» en el PP ya que no duda en dar sus opiniones aunque se pongan al margen del argumentario popular. Hace unos días, en este periódico, sin ir más lejos, aseguró tras la moción de censura que el Ejecutivo llevaba dos años y medio paralizado. Así, por ejemplo, también ha defendido una reforma constitucional para dar salida al problema territorial de Cataluña y ha sido crítico con su propio Gobierno por no haber sabido frenar el conflicto en su día con una propuesta política. También atacó con dureza los presupuestos del Estado del año pasado, ahora vigentes, por el trato que concedían a la provincia de Alicante, que recibió la peor cuota de inversiones de su historia.

A punto de cumplir 74 años, el exministro no parece dispuesto a jubilarse de la actividad política. Todo lo contrario. En todo caso, lo tendrá difícil ya que no cuenta con el respaldo ni de la dirección de su partido en Alicante, donde es afiliado, ni de la dirección regional. De hecho, la relación entre Bonig y Margallo es tensa desde hace mucho tiempo. El PP de Alicante, además, trató de descabalgarlo de la candidatura al Congreso -fue de número uno-al considerar que su tiempo ya había pasado y que era necesaria una renovación. En cualquier caso, una voz tan potente como la de Margallo con una presencia mediática muy importa supone una revolución para un proceso interno en que el PP se juega gran parte de su futuro.