n La sentencia de la Audiencia Nacional sobre la rama valenciana de Gürtel absuelve a quien fuera vicepresidente de la Generalitat Vicente Rambla de los hechos que se le imputaban por falta de pruebas. «Siendo posible la comisión del delito por Vicente Rambla, pero existiendo una posibilidad razonable de que no lo hiciera rocede declararle no culpable», argumenta el magistrado.

Recuerda la sentencia que Rambla, «no es un hombre integrado en el aparato del partido y ha ocupado diversos cargos institucionales». Durante su declaración, que el juez considera «firme» y «segura», Rambla aseguró que nadie le fijó límite alguno para el gasto electoral, «lo cual, visto lo visto en el juicio resulta hasta creíble». La sentencia recuerda que Rambla era reticente a pagar las facturas que les presentaba Orange Market eran «inadmisibles» y «descabelladas».

Aunque Ricardo Costa aseguró que Rambla conocía el sistema de las facturas falsas, el magistrado señala que «conocer no es cooperar» y que no hay ni una sola prueba directa o indirecta. «Omitió un actuar más que ético, pero este delito no podía cometerse por omisión», dice el juez que recuerda que Rambla no «era el administrador de los fondos electorales».

Distinta conclusión llega el magistrado respecto a otros altos cargos del partido acusados, como es el caso del vicesecretario general del PP en la Comunidad, David Serra, la gerente Cristina Ibáñez, y la tesorera Yolanda García Santos. A pesar de que todos ellos aseguraron durante el juicio que eran empleados del Partido Popular y ajenos a esta trama delictiva, el magistrado rechaza estas declaraciones exculpatorias y concluye que ambos tuvieron un papel activo en el entramado delictivo. El fallo impone tres años y ocho meses de David Serra, tres años y cuatro meses a Cristina Ibáñez y cuatro meses a Yolanda García. De Serra no sólo se dice que era conocedor del modus operandi de esta trama, sino que es una de las personas que está detrás del uso de lenguaje en clave, enmascarando las actividades ilícitas con expresiones como «magdalenas», «galletas» o «biscotes· para referirse a los gastos abonados por el empresario Enrique Ortiz por los gastos electorales del Partido Popular.

También se considera que Ricardo Costa era «el hombre de atrás», quien tenía el dominio del hecho delictivo. Sin embargo, se c0nsidera valiosa su confesión y se valora el que haya admitido cosas que le perjudicaban en su defensa. El fallo le impone cuatro años de cárcel.