El espíritu de Xirivella, una localidad del cinturón de València, es el nombre de pila de la movilización que acabó con Pedro Sánchez por segunda vez en el trono de Ferraz. Ahora que su destino está en la Moncloa, una de las incógnitas era qué grado de reconocimiento en su gabinete realizaba con uno de los territorios que más se expuso por él a pesar de que la dirección del PSPV iba en una línea opuesta. El poder valenciano estará representado con dos ministros que sonaban desde el día que el PNV respaldó la moción de censura contra Mariano Rajoy, como publicó INFORMACIÓN, aunque al final también ha habido alguna carambola inesperada. Ocuparán dos carteras de importante visibilidad: Fomento y Sanidad.

José Luis Ábalos es el hombre de confianza de Sánchez en su nueva etapa al frente del PSOE. Le dio las llaves del partido cuando hace un año lo designó secretario de Organización y el tiempo no ha resentido esa relación, sino al contrario. Quedó claro cuando lo eligió la semana pasada para defender la moción de censura. Su paso al primer gobierno de Pedro Sánchez es, por tanto, mera cuestión de lógica: el líder socialista quiere seguir teniendo cerca a una de las personas en quien más confía. Ábalos continuará además con su cargo como jefe del «aparato» en el partido. No es una combinación nueva. José Blanco ya ejerció de vicesecretario general del PSOE y ministro de Fomento. La fórmula tiene arraigo.

El diputado será el primer ministro valenciano en el departamento que gestiona las grandes obras públicas en los cuarenta años de democracia. En manos de Ábalos estará demostrar ahora la sensibilidad del nuevo Gobierno con las reivindicaciones valencianas, porque la mayoría caen en su departamento: de manera genérica, superar la infrainversión reflejada en los últimos presupuestos, donde la Comunidad no pasa del 7% en el reparto de inversiones a pesar de representar al 10,6 % de la población española. Durante los mandatos de Rajoy, la Comunidad acumula un déficit de inversión de unos 2.500 millones, cantidad que rebasa los 1.000 millones en el caso de la provincia. El corredor mediterráneo o el plan de Cercanías son otros retos pendientes.

La incorporación de Carmen Montón como ministra de Sanidad fue una de las últimas en conocerse ayer. La primera opción parecía que era el exconsejero vasco Rafael Bengoa, aunque este, próximo a Patxi López, dijo ayer que no llegó a recibir ofrecimiento alguno. Al final, la elegida es la valenciana, que fue la primera secretaria de Igualdad de Pedro Sánchez y aguantó a su lado hasta el final antes de su destitución. Sánchez dio algunas pistas cuando en el debate de la moción de censura elogió el Gobierno del Botànic citando dos medidas sanitarias: la recuperación de la sanidad universal y la reversión del hospital de la Ribera.

Su fichaje obliga al primer cambio de un conseller en el ejecutivo de Ximo Puig y Mónica Oltra, «el más estable de la democracia», como el president ha subrayado. Cuando los nombramientos se hagan hoy oficiales, la Comunidad volverá a tener dos ministros. Y dos 100% PSPV. En 2004, en el primer gabinete de José Luis Rodríguez Zapatero, estaban Jordi Sevilla, Pedro Solbes y Teresa Fernández de la Vega. Los dos últimos son nacidos en tierra valenciana, pero más vinculados con Madrid que con la estructura del PSPV.