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Todos los compromisos del presidente

Pedro Sánchez ha asumido durante sus visitas proyectos como la nueva financiación, el Corredor Mediterráneo o un pacto del agua

Sánchez con el alcalde de Elche y Chulvi, en su última visita. matías segarra

«Las oportunidades y la igualdad no son entre territorios, son entre personas y cuando hablamos de financiación estamos hablando de sanidad, educación y servicios sociales». La frase podría firmarla cualquier miembro del Consell del Botànic. Pero la cita es de Pedro Sánchez, desde ayer presidente del Gobierno de España. La que sigue también es de Sánchez y aún es más contundente: «La Generalitat demanda una mejor financiación que yo me comprometo a aprobar». «Es un compromiso que llevo muy en serio porque de lo que hablamos es de la igualdad entre españoles», aseguraba Sánchez en una entrevista.

Desde que accedió a la secretaría general del PSOE en el verano de 2014 hasta la investidura de ayer como presidente del Gobierno, Sánchez ha ido asumiendo como propias las principales exigencias de la llamada agenda valenciana en la docena de ocasiones en las que se ha dejado ver por estas tierras. A juzgar por las entrevistas que ha concedido en estos años a este diario, por las comparecencias públicas o los mítines, el presidente Sánchez conoce bien los problemas valencianos.

Por comprometerse se ha comprometido en estos cuatro años a acometer incluso tareas hercúleas como la reforma de la Constitución o del modelo territorial, una reivindicación también del Consell que se convirtió en el primer gobierno autonómico que presentó una propuesta propia de modificación de la Carta Magna.

Conoce la falta de inversión

Sánchez no solo conoce la infrafinanciación, también la falta de inversión. «Los niveles de inversión en la Comunitat Valenciana también han sido de los mas bajos de España. En esta comunidad debe haber una respuesta integral en lo que respecta a la inversión publica», aseguraba el nuevo presidente en una entrevista publicada en estas mismas páginas en 2016. También se ha mojado en este tiempo sobre un tema que en Madrid suele ser espinoso. La deuda histórica de la Comunitat Valenciana derivada de la infrafinanciación. «Tenemos que abrir un debate sobre la reforma de la financiación y dentro de él se podrá hablar de todo», ha dejado dicho Sánchez. Con el Corredor Mediterráneo tampoco ha escatimado apoyo, aunque esta cita es de una campaña electoral: «Queremos ponerlo en marcha cuanto antes».

Sobre la política hídrica también Sánchez se ha manifestado a favor de tesis que comparten dirigentes valencianos: «Defiendo un gran pacto del agua a nivel estatal. Creo que con Zapatero como presidente y Cristina Narbona como ministra se articularon medidas positivas de modernización del regadío y la desalación y creo que tenemos que ir por ese camino».

En una reciente visita a Alzira también asumió un compromiso que gusta al Consell. Blindar la Sanidad pública en la Constitución para que nunca vuelva a quedar afectada por los recortes que se produjeron en los años de crisis.

Además, Sánchez nunca ha ocultado que le gusta lo que en Madrid se dio en llamar gobierno a la Valenciana (el Botànic en denominación autóctona). En enero de 2018 Sánchez aseguraba en otra entrevista: «Todo lo que tiene que ver con la agenda social, la agencia Antifraude, el decreto de acceso a la Sanidad Publica podría ser un ejemplo para la inspiración».

Pero el presidente se enfrenta a una aritmética más complicada que el Botànic ya que ha necesitado el apoyo de ocho partidos para alcanzar La Moncloa frente a los tres del pacto valenciano.

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