La apariencia de tranquilidad que quiere transmitir el PP en plena oleada de sentencias contra cargos del partido y tras el envío a prisión provisional del expresidente Eduardo Zaplana, la aceptación de errores, el «mea culpa» por «lo que hicieron otros» y la apelación a la presidenta del PPCV, Isabel Bonig, como figura que reencarna la renovación del partido son consignas insuficientes para tapar el nerviosismo en la formación. La cúpula popular del PP de la Comunidad Valenciana, presente ayer junto a la del PP de Alicante debido a una reunión vespertina con el ministro de Justicia, Juan Ignacio Zoido, en la sede provincial del PP, evidenció que las aguas no están en calma y que los populares preparan su munición en año preelectoral.

Cargos del PP admitieron el daño al partido por el caso Erial, pero también destacaron que el PP está acostumbrado en los últimos años a aguantar lo que le llueva mientras otros, con poco, dicen fuentes populares, se «ponen como locos», en referencia a las investigaciones abiertas en los juzgados por causas derivadas de la financiación irregular del PSPV y el Bloc. Este asunto es una de las respuestas más manidas entre los populares cuando se les pregunta por su situación interna en plena convulsión por los casos de corrupción. Sin embargo, después de una semana fatídica para el PP com lo fue la semana pasada -en menos de siete días se detuvo a Zaplana para luego ingresarle en prisión preventiva, se condenó a cargos del partido por financiación ilegaly la exconsellera de Turismo, Milagrosa Martínez, entró en la cárcel por la rama valenciana de Fitur- los populares confían en los procedimientos derivados de la financiación del PSPV y el Bloc y en la conexión zaplanista de Cs para poder aplacar su crisis interna. En los corrillos se toca el tema Zaplana pero se pone el foco en «lo que queda por salir» de otros partidos. Fuentes del PP aseguraron que hay expectación por las posibles conexiones entre Cs y Zaplana y por todo lo que pueda aparecer en las escuchas de Erial, lo que evidencia que el partido naranja es la siguiente diana para el PP después de los partidos del Botànic.

La corrupción que ha salpicado al PP en los últimos años ha llevado a miembros del partido en Alicante a cuestionar la continuidad de la formación sin pasar previamente por la cirugía. Como ya publicó este diario, cargos populares piden una profunda renovación, plantean la limitación de los mandatos y, algunos, incluso hablan de un cambio de siglas como fórmula para acabar con unas siglas «quemadas». Fuentes consultadas por este diario aseguraron que la ejecutiva provincial del mes de junio abordará de forma interna la situación del partido tras los últimos acontecimientos.

La presidenta del PP de la Comunidad Valenciana, Isabel Bonig, defendió ayer que el partido ya está en proceso de «renovación del ideario» y recordó que el PPCV llevó a cabo primarias en muchos municipios. Bonig argumentó a preguntas de los medios sobre las voces discordantes que piden debate sobre el futuro de la formación que el PPCV «ya está en esa renovación profunda». Dijo que se ha cambiado a personas, que se está renovando el ideario y que el partido es cada vez más abierto y participativo. Por su parte el presidente del PP de Alicante, José Císcar, valoró que el caso Zaplana y el resto de procesos por corrupción «nos avergüenzan» y repitió que no representan al PP.

Mientras tanto, el ministro Zoido, que llegaba ayer de Benidorm con un retraso de media hora a la sede del PP, evitó las preguntas de los medios en Alicante. Alcaldes del PP pidieron al titular de Justicia que incluya en la Ley la posibilidad de que los ayuntamientos puedan contratar a personal interino para la policía local en verano y situaciones excepcionales.