Un tercio de los residentes británicos en España están empadronados en municipios valencianos, así que la agenda (apretada) de Ximo Puig ayer en Bruselas tenía un nombre subrayado en rojo: Michel Barnier. El político conservador francés, ministro de Exteriores durante la presidencia de Jacques Chirac, es ahora el negociador de la Unión Europea (UE) para el Brexit. La reunión con él y parte de su equipo era el eje de la visita a la capital comunitaria.

El presidente de la Generalitat regresa a la la C. Valenciana con el compromiso del alto cargo de reunirse con responsables de Ford. No es nada tangible por ahora, pero al menos es un paso de cara a atenuar el retroceso en las exportaciones valencianas, en caída desde la aprobación de la salida del Reino Unido de la UE. Supondrá que Barnier conozca de cerca los intereses de la industria valenciana del automóvil. Puig expresó ante el negociador la preocupación de los gobernantes valencianos por un sector estratégico.

El motor es importante, pero no es el único negocio de la C. Valenciana afectado sensiblemente por el Brexit. «En lo que representa el sector agroalimentario, la cerámica y el calzado, hemos insistido en la necesidad de garantizar que en el futuro no haya aranceles», dijo el jefe del Consell al término del encuentro con Barnier y su equipo. Se antoja un objetivo complicado, dado que los mandatarios de la UE han insistido en que la relación económica y comercial con el Reino Unido no puede quedar igual después del Brexit que antes.

La cuestión arancelaria es una de las más espinosas de las que quedan abiertas en la negociación de la despedida británica.

Barnier, en este sentido, explicó a Puig que el 75 % de los puntos a discutir con el Reino Unido ya están acordados. Y dentro de ese paquete figura otra de las preocupaciones que el jefe del Consell llevaba a Bruselas: los derechos sociales de los residentes británicos en España y de los valencianos en Gran Bretaña. El punto crucial es la sanidad.

El líder del equipo negociador de la Comisión Europea tranquilizó a la delegación valenciana. Nada va a cambiar tras el Brexit en este aspecto. Todo va a continuar como ahora en cuanto a derechos sanitarios. Para Puig, se trata de una cuestión «fundamental». Subrayó que esa garantía es la que pedían las instituciones valencianas. El turismo no podía quedar fuera de la mesa en una reunión sobre Reino Unido. «Hemos hablado del espacio común aéreo. Estamos preocupados por la situación en que va a a quedar Iberia», dijo Puig.

De momento, el único avance en este asunto es que el diálogo va a continuar. «Barnier vendrá con toda probabilidad en otoño a Alicante», señaló. El objetivo es celebrar una reunión para «transparentar una negociación que debe ayudar a fortalecer Europa, porque el reto del Brexit no puede dinamitar Europa, sino ayudar a saber que es la única alternativa posible para el futuro».

Puig destaca los avances en el acuerdo para garantizar los derechos sociales de los valencianos en Reino Unido y de los británicos residentes en la Comunitat

Ante el comité de las Regiones

Mientras, Puig defendi ante el pleno del Comité de las Regiones en Bruselas, en el que ha intervenido como representante de la delegación española, que la Unión Europea debe de reestructurarse desde las regiones y recuperar su proyecto de progreso social.

En su intervención, señaló que el momento actual es crucial para la Unión Europea y, por ello, incidió en la importancia de que el nuevo marco presupuestario para el periodo 2021-2027 responda a los nuevos retos y refuerce el valor añadido europeo.

Puig lamentó que las «exageraciones en las políticas de austeridad» durante la gestión de la crisis hayan dejado «muchos ciudadanos damnificados» en el sur de Europa. «Se han incrementado las desigualdades, se han deteriorado los servicios públicos esenciales y se han retrasado proyectos e inversiones esenciales para afrontar el futuro», remarcó el presidente.

También se mostró preocupado por el importante recorte en políticas de cohesión, que, según dijo, «por primera vez, caen por debajo del 30% del presupuesto», y también en la Política Agraria Común. «Sin cohesión no hay proyecto europeo», ha remarcado Puig, quien ha señalado que «los ciudadanos y ciudadanas han de sentirse seguros en un mundo cada día más incierto e inestable».

Además, incidió en la necesidad de mantener en el próximo presupuesto europeo tanto los fondos de cohesión como los de la Política Agraria Común mediante nuevos ingresos y también llamó a impulsar grandes acuerdos en materia de medio ambiente y cambio climático.

También insistió en la importancia de abordar con ambición el nuevo marco financiero para que los europeos puedan participar de un gran proyecto de progreso económico y social para ellos y para las futuras generaciones.