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Análisis

No habrá paz para los socialistas

El PSPV cierra una semana trágica en Alicante que deja aún muchas incógnitas sobre el futuro

No habrá paz para los socialistas

El PSPV ha cerrado una semana trágica en Alicante. Una más en dos décadas de inestabilidad, conflictos y tensiones casi permanentes. Es cierto que el presidente de la Generalitat y secretario general de los socialistas valencianos, Ximo Puig, por vez primera, ha intentado evidenciar su autoridad para frenar la sangría frente a Ángel Franco. Ángel FrancoHa conseguido pararle los pies al exsenador, el hombre que sigue moviendo los hilos del socialismo alicantino, imponiendo la continuidad de Eva Montesinos como portavoz municipal después del fallido intento para retener la Alcaldía de Alicante tras la dimisión de Gabriel Echávarri sumada a los efectos del «belmontazo». Y cambiando el listado de asesores que, por acuerdo de la ejecutiva de Alicante, encabezaba la esposa del propio Franco.

Pero también es verdad que el balance de esta nueva batalla campal del socialismo alicantino deja aún muchos interrogantes sobre el futuro. Demasiados. No habrá paz en Pintor Gisbert. No habrá paz para los socialistas. No existe liderazgo. Ximo Puig ha recurrido a Eva Montesinos para generar un espacio de continuidad. Entendía que había que mantener a la persona a la que se quería confíar la Alcaldía. Pero la portavoz ni controla a sus compañeros ni tampoco traslada proyección social. Y además su posición política depende, en estos momentos, de la autoridad de la dirección del PSPV. En exclusiva. Es su principal y único apoyo. A Franco ni le agradaba antes ni tampoco ahora. Montesinos tiene una oportunidad. Desde luego. Estar ya se la concede. Pero, con este panorama, está en cuarentena si tiene capacidad para aprovecharla.

A todo esto y a pesar de los pesares, Ángel Franco, sin ningún cargo ni figurar en ejecutiva alguna y a expensas de una relación con Puig en su punto más bajo, sigue controlando la agrupación de Alicante. Apenas unas horas después de que la dirección local aprobará destituir a Montesinos, fue el propio Franco el que negoció en València con Miguel Millana -secretario general ausente- como acompañante, una salida al embrollo en el despacho del responsable de Organización del PSPV, José Muñoz. Franco había diseñado la jugada. Proponer a Miguel Castelló como portavoz, un concejal de perfil bajo y sin aspiraciones de futuro, dejaba vía libre a un candidato para 2019 de su cuerda que, además, le permitiera hacer la lista. Vamos, lo de siempre.

Por ahora, la intervención de Puig y la continuidad de Montesinos le han cortado esa estrategia. Y, además, todavía tendrá que sortear Franco la presión del «sanchismo» para que se tomen medidas más drásticas. Vista la última asamblea, en la que apenas lograron el 20%, la intervención de Ferraz parece la única alternativa de los críticos, a día de hoy, para asaltar la agrupación de Alicante. Creen que existen vulneraciones de la normativa del partido y que, además, se debe cumplir el último reglamento interno diseñado por Pedro Sánchez y José Luis Ábalos para dividir la agrupación en cuatro o cinco distritos. Una remodelación -reclamada ante Puig ayer mismo en la reunión del máximo órgano del PSPV- que, de no cumplirse, conllevaría el relevo inmediato de la ejecutiva de Alicante. Todos los caminos de los «sanchistas», por tanto, llevan a esa gestora con José Asensi como aspirante a presidirla y a dividir la agrupación para disgregar al «franquismo».

Y encima se acercan unas primarias inciertas. Sin candidatos definidos y sin expectativas. El proceso se tiene que convocar. Otra cosa es que se pueda presentar un único aspirante y evitar ese pulso. Muy pocos, en estos momentos, confían en salvarlo. Montesinos sólo habrá aprovechado su oportunidad si cuadra un liderazgo que le permita llegar con alguna opción -algo que se antoja muy complicado- refrendada siempre, llegado el caso, con apoyo de la cúpula. Franco sólo parece tener una bala en la recámara: la diputada Sandra Martín. El «sanchismo» no tiene fuerza para plantar cara en una urna. Y así, con este decorado, en las alturas socialistas, hay quienes ya apuntan a la opción de un independiente que llegara de la mano de Ferraz o del PSPV. Muchas incógnitas.

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