El deterioro y la obsolescencia de las instalaciones de la desaparecida televisión valenciana va a costar a las arcas públicas más de 24 millones de euros. Cuatro años de cierre han dejado consecuencias notables en el centro de producción de programas de Burjassot, a la vista de las inversiones que la nueva À Punt À Punt ha tenido (y tendrá) que realizar para poner al día tecnológicamente y adecentar unos inmuebles que la Generalitat recuperó del patrimonio de la extinta RTVV.

La mayor parte de ese esfuerzo económico ya se ha realizado, según las cifras incluidas en el contrato programa que la Corporació Valenciana de Mitjans de Comunicació (CVMC) ha elaborado para los próximos tres años. Casi 15,5 millones se han gastado ya durante el pasado 2017. El resto se divide entre este año y 2020.

Las obras en el edificio han supuesto 1,8 millones, mientras que en producción se han invertido casi dos millones más. Otros 1,3 millones han ido a la radio, ahora en el centro de Burjassot, y 1,2 millones al proyecto de multicontinuidad. La renovación del archivo, por su parte, está presupuestada en 1,3 millones. La actualización tecnológica de los platós 1, 2, 3 y 4 tiene un coste que supera los 9,5 millones, si bien el grueso de este importe se desplaza a los ejercicios venideros, en función de la planificación realizada por los gestores de À Punt.

La inversión más importante en tecnología se ha concentrado en 2017 de cara a tener la estructura para el inicio de las emisiones en televisión, radio y plataforma web. El gasto entre 2018 y 2020 (los comprendidos en el contrato programa) es fundamentalmente para el desarrollo de las inversiones ya realizadas, explica la corporación en el contrato programa.

Los 24.137.122 euros necesarios para la puesta en marcha de la nueva radiotelevisión autonómica suponen casi la mitad de la aportación anual que la Generalitat realiza para el sostenimiento de À Punt (55 millones).