El déficit y la deuda cerraron la puerta de los mercados internacionales de divisas en lo peor de la crisis (2012) a la mayoría de comunidades, las peor tratadas por el sistema de financiación aprobado en 2009 por Rodríguez Zapatero, en un contexto diferente. La respuesta del Gobierno de Mariano Rajoy fue poner en marcha unos mecanismos extraordinarios de financiación, de manera que el Estado acude a los mercados y distribuye entre las autonomías que no llegan con los recursos del sistema para pagar servicios básicos.
Son el conocido FLA (Fondo de Liquidez Autonómicay el plan de pago a proveedores, fundamentalmente. Se trata, por tanto, de préstamos con los que cubre la insuficiencia financiera (admitida hoy por expertos y el propio Gobierno) de comunidades como la valenciana. Préstamos que, como su naturaleza indica, hay que devolver y que no lastran, en cambio, las economías de las autonomías que no están infrafinanciadas y no necesitan recurrir a ellos.
La conclusión en cifras de este complejo panorama financiero es que el ejecutivo de Rajoy ha inyectado algo más de 41,7 millones a la Comunidad Valenciana por estos recursos. Más de 37 millones de ese principal de la deuda están pendientes de pago, según datos aportados por la Conselleria de Hacienda a preguntas de este diario.
Como son créditos, se pagan con intereses, que han ido variando durante estos años. De acuerdo con la información recabada, el Estado no juega con margen: traslada a la Comunidad Valenciana el tipo que le aplican a él.
El vencimiento de estos intereses se extiende hasta 2027 (es el caso del FLA de 2017) y supone en total una cifra de 1.272 millones que el Consell debería abonar en los próximos diez años. Solo entre este año y el siguiente tendría que pagar más de 530 millones por estos intereses de los mecanismos especiales de financiación.
Desde 2012 y hasta el 31 de enero pasado, la Generalitat ya ha puesto 1.633 millones para cumplir con estas obligaciones de pago. La última entrega, del miércoles pasado, fue de 106 millones.
El agravante es que todas estas cantidades para cubrir los intereses salen del presupuesto anual de la Generalitat. Son fondos que se restan para servicios, infraestructuras u otras inversiones y gastos. No ocurre así con la devolución del FLA o el plan de proveedores, que pueden refinanciarse.
El presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo (PP), dijo esta semana que el presidente de la Generalitat, Ximo Puig (PSPV), debería estar agradecido porque el Gobierno de Rajoy le ha condonado 11.000 millones de deuda. Como la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, precisó dos días después, el barón popular se refería al dinero que el Consell se habría ahorrado desde 2012 gracias al FLA y a no tener que acudir así a créditos más gravosos en los mercados internacionales.
La clave de la cuestión, replica el Consell, es que el Gobierno ha reemplazado fondos que la Comunidad debería tener para financiar servicios básicos como la sanidad por créditos, lo que causa un agravio entre territorios. Este se puede cuantificar en los 1.633 millones en intereses ya abonados y los 1.272 aún por pagar.
